Existe una anécdota que señala que Jorge Negrete se avergonzaba de la música ranchera que al final lo convirtió en una figura casi de la altura de Pedro Infante, situación que puede ser el mismo caso del tenor Fernando de la Mora quien firmó contrato discográfico con Orfeón, en donde su primer fonograma incluye la canción popular "La Bikina" mismo que ha promovido aprovechando el mes de septiembre en el cual se calendarizan las fiestas patrias mexicanas. Fernando de la Mora quien se vende como uno de los mejores cantantes mexicanos de ópera, realmente es un oportunista que por sus influyentismos se apoderó del Palacio de Bellas Artes en todo el sexenio pasado, dejando fuera a otros cantantes líricos del recinto cultural más importante de México por falta de "cupo". Sin embargo la discografía de De la Mora, está robustecida por boleros y música ranchera más que por fonogramas de óperas o música clásica, aunque él se venda como cantante de música de alzada o mal llamada música culta, al sentirse avergonzado de que lo puedan calificar como un cantante de música mexicana con mariachi, y aprovechándose de la falta de capacidad de análisis del público mexicano, consigue que sea encasillado como un cantante de ópera, cuando lo que en realidad es un cantante de música mexicana con sinfónica, aunque en la mayoría de sus conciertos se acompañe de Mariachi. Desde su debut en 1986, el segundo sitio en que se presentó fue en El Palacio de Bellas Artes, recinto que se ha mantenido cerrado para otros intérpretes que lo han solicitado y llevan más de 76 años de carrera artística como es el caso de los jaliscienses Marco Antonio Muñiz y María Victoria. Fernando de la Mora quien ha seguido la escuela de Plácido Domingo, otro cantante del género popular con sinfónica y que por realizar algunas óperas evade se le vincule con su verdadero género, es que ante la firma de su nueva disquera, el cdmxense planea unirse a verdaderos tenores como lo son Ramón Vargas y el máximo tenor mexicano Javier Camarena, como en su momento Plácido Domingo se aprovechó de la imagen del gran Luciano Pavarotti y de José Carreras, en la realización de conciertos que -el español que se decía mexicano-, organizó con el pretexto de culturizar los mundiales de fútbol. Aunque Fernando de la Mora resulta un tenor mediocre pero apantallante para los oídos poco acostumbrados a las joyas líricas, sus recursos económicos son su ábrete sésamo, en un caso parecido de Plácido Domingo o de Jaime Camil en el ámbito de la actuación, que le han permitido al tenor ejecutor de música popular, pisar escenarios de alta talla internacional, lo que le sirve de fanfarronería para vivir de la música popular y no de la ópera. Más en www.somoselespectador.blogspot.com