Admirada y considerada como una comunicadora fina, ahora Carmen Muñoz es una muñeca rota que abolló de manera irreversible su escudo simbólico en el Canal Once, al aceptar y seguir aceptando, un programa tan vulgar como lo es Enamorándonos y que conduce en TV AZTECA, intercambiando el prestigio por la fama. Al principio pudo tratarse de un desacierto de la conductora, pero ahora queda claro que al seguir en tan gamberro proyecto y ejecutarlo con tanta naturalidad; nos damos cuenta que la naturaleza de Carmen es la televisión comercial y que fue la educativa sólo un campo en donde no se sentía cómoda, aunque ahora, finja tener una dualidad ética. Carmen nos ha sorprendido al grado que se nos cayó nuestra idea de que era una conductora fina y seria, y que la considerábamos como una conductora inteligente, situación que ahora resulta todo lo contrario, no solamente por aceptar un proyecto exitoso para el bajo nivel televisivo sino aún más, por permanecer en el mismo, cuando cada vez es más decadente. Estamos seguros que si el canal Once no estuviera sufriendo cambios comerciales en su programación original y nulo control politécnico; Carmen ya estaría fuera.