Al iniciar el 2018 se registró un significativo incremento
en el número de mujeres en el mercado laboral. Cerca de 223,000 mujeres
decidieron entrar a este mercado en enero, el mayor incremento en la Población
Económicamente Activa (PEA) femenina durante un arranque de año desde 2011.
Empezando el año, la PEA en México se conformó de 54.7
millones de personas, las cuales estuvieron trabajando o buscando empleo. Cerca
del 60% fueron hombres y otro 40% mujeres. En comparación con diciembre de
2017, la tasa de participación femenina pasó de 42.8% a 43.2%, el nivel de
participación más alto en 10 meses.
Con este incremento, las mujeres que activas económicamente
sumaron 20.9 millones de mexicanas, la población de mayor volumen desde que la
Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) se levanta, a partir de 2005.
El Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) ha
emprendido diversas acciones en pro de la igualdad entre hombres y mujeres a
diferentes escalas. A nivel laboral se sabe que el Plan Nacional de Desarrollo
2013-2018 incluye un Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y no
Discriminación contra las Mujeres (PROIGUALDAD), 2013-2018; este programa
consta de seis objetivos transversales, 36 estrategias, 314 líneas de acción y
18 indicadores con metas propuestas.
Al cierre de 2017 el INMUJERES informó sobre los resultados
y avances de este programa, entre los que destacan la certificación en la Norma
Mexicana (NMX-R-025-SCFI-2015) en igualdad laboral y no discriminación de 26 de
las 30 dependencias del gabinete legal y ampliado, la cual es una certificación
voluntaria para los centros de trabajo en prácticas de igualdad laboral y no
discriminación.
Los datos más recientes que dan detalle sobre la situación
laboral de las mujeres señalan que la mediana de edad de las mexicanas que
participan activamente en la búsqueda de empleo o trabajando, es de 38 años y
cuentan con un grado de escolaridad equivalente a un bachillerato trunco. La
jornada laboral de las mujeres ocupadas es de 40 horas y éstas perciben un
ingreso de 25 pesos por hora.
La gran parte de las mujeres ocupadas, 68.5%, son
trabajadoras subordinadas y remuneradas, otra parte importante, 21.8%, son
trabajadoras por cuenta propia. Otro 7.2% desempeña trabajos no remunerados y
sólo 2.5% son empleadoras.
A nivel nacional, poco más del 66% de las trabajadoras
subordinadas y remuneradas cuenta con prestaciones laborales, casi el 56% tiene
acceso a las instituciones de salud y el 57.5% labora con un contrato escrito.
El 26.3% de las mujeres que trabajan no tiene ningún hijo,
el 22.9% tiene dos hijos, 18.5% tiene 3 y el 16.5% tiene sólo uno. El restante
16% se distribuye entre mujeres que tienen cuatro hijos o más.
Los estados de Colima, Nayarit y Baja California Sur son los
que cuentan con la mayor participación de femenina en el mercado laboral, con
tasas de 55, 51.5 y 51.2% de las mujeres mayores de 15 años, respectivamente.
Chiapas, Veracruz y Tabasco son las entidades con la participación más baja.
Chihuahua, Aguascalientes y Nuevo León tienen la mayor
proporción de mujeres asalariadas y remuneradas, con cerca de 80% de las
ocupadas. Oaxaca, Guerrero y Chiapas reportan los porcentajes más altos de
mujeres ocupadas por cuenta propia, con tasas de 40, 36 y 31%, en cada caso.
Oaxaca, Tlaxcala e Hidalgo son las regiones con la mayor proporción de mujeres
trabajando en el sector informal, con 4 de cada 10 ocupadas en este sector.
A pesar de que la Secretaría de Trabajo y Previsión Social
(STPS), de la mano del INMUJERES y el Consejo Nacional para Prevenir la
Discriminación (Conapred) ha impulsado la presencia de mujeres y fomentado la
igualdad en el ámbito laboral, el camino es largo y aún hay mucho por hacer.
A nivel nacional, 15.1% de las personas ocupadas laboró en
condiciones críticas, trabajando menos de 35 horas a la semana por razones
ajenas a ellas, trabajando más de 35 horas semanales ganando menos del salario
mínimo al mes o trabajando más de 48 horas a la semana ganando como máximo dos
salarios mínimos. Para las mujeres de Chiapas (26%), Tlaxcala (21%) y Oaxaca (20%)
el trabajo en condiciones críticas es más recurrente.
No sólo en estas entidades, sino a nivel nacional, el ámbito
laboral sigue representando un reto para las mujeres. Las diferencias
salariales siguen existiendo y la igualdad de oportunidades sigue siendo un
reto. Aunque se está haciendo un esfuerzo al respecto, los ambientes de trabajo
incluyentes e igualitarios aún están madurando. La segregación ocupacional y
salarial, así como el lenguaje sexista siguen, de forma consciente o
inconsciente, sobreviviendo en el ambiente laboral en mexicano. FTE: economista.