TV DE CABEZA |
No resulta extraño que para muchos comunicadores, les sea poco importante la moralidad de quien habla en el micrófono o de quien es concesionario de un canal de televisión, cuando lo más importante es tomar como modelos, programas chatarras y que el televidente sea tratado como un incapacitado mental, sin voz ni voto. Los medios convencionales no entienden el despertar de la opinión pública mientras que los no convencionales, en su mayoría, no están preparados para asumir la responsabilidad informativa, pero que sin embargo ha sido el único refugio del espectador subestimado e insultado en la televisión.