jueves, 14 de abril de 2022

ENCUENTRO GENERACIONAL

 


















Lo que más se recuerda de las generaciones es la música, pero también los recuerdos de las experiencias propias y de aquellos momentos que tienen distintos ángulos de quienes estuvieron presentes en aquellos momentos que ya son pasado. Quienes tienen la oportunidad de reencontrase con grupos de los años escolares de la adolescencia, seguramente  al entablar la plática colectiva,  podremos darnos cuenta que cada quien relata la experiencia de diferente manera. En las narrativas se podrá recordar a la chica más atractiva   y al chico más atractivo, a los compañeros más feos del salón, a los que llamábamos tontos, chistosos o inteligentes, también los romances y las reacciones inexpertas ante éstos, pero quizá lo más doloroso en estos encuentros, resultan los rencores que pudieron traspasar el tiempo, que regularmente nacen con menos frecuencia que los recuerdos del amor primero, pero la cruda realidad, es que esos rencores surgen en aquellos que no disfrutaron su momento, en aquellos que pagaron la factura de  no divertirse entre quienes se divertían  o que fueron  puntos del  franco de la diversión y entre aquellos otros que pasaron  desapercibidos  casi como los pupitres, aquellos que en la reunión de ex alumnos ni reconocemos, ni podemos identificar sus nombres ni sus apodos, aquellos que su única garantía es que los tiempos presentes son menos malos que los pasados. Son inevitables las comparaciones, las apariencias, la actualización de noticias, la sed de revancha de quienes cargan resentimientos, pero después viene   el corte de caja de los que ahora hacen lo que tanto soñaban de chicos y aquellos otros que simplemente se quedaron en el viaje. La niñez para muchos es  destino, y en parte resulta cierto,porque aquellos que no tuvieron la brillantez necesaria en la secundaria o en la preparatoria, en la mayoría de los casos fue por inestabilidad familiar en esos momentos primerizos de su vida, en donde los primeros estudios deben tener más goce que sufrimiento. Por éso, afortunados los que vivimos con normalidad la adolescencia y bienaventurados quienes pueden construir un mejor presente y se olvidan de curar heridas en los reencuentros, porque  lo vivido; vivido está, lo hecho; hecho está,  y aunque puedan tener cierto alivio en la revancha verbal o en el desahogo de lo que no les pareció desagradable, quienes vivimos bien esas épocas tendremos mejores recuerdos y la misma posibilidad de superar el pasado con el presente. -¿te acuerdas la vez que pase a cantar?-.No, no la recuerdo pero sí la vez que me expulsaron del colegio por tu culpa.- Tú que  recuerdas tu secundaria o prepa, ¿cuál  posición ocupas?, la  que tiene momentos que provocan la orina de la risa, o la que provocan un análisis serio de circunstancias de las que muchos del grupo ya ni se acuerdan.Más en www.somoselespectador.blogspot.com