Aunque se señalan diversos ataques en contra del ejército mexicano desde el año pasado; por un grupo delictivo que roba combustibles , especialmente gasolina, para comercializarla de manera ilegal; realmente ha sido en estas semanas que se nos ha anunciado familiarizarnos, con el nombre de Huachicoleros, que define a este nuevo grupo de delincuentes que se dice han surgido principalmente en el triangulo Rojo del Estado de Puebla y que son tan peligrosos como los mismos narcotraficantes. Se nos dice que los Huachicoleros atacan a los mismos militares y son causantes de violaciones, robos, asesinatos y violencia extrema, así como de otros males que sufre nuestro país. Y todo con tal de vender gasolina de manera ilegal y barata con la que supuestamente obtienen ganancias millonarias y mayores a las que puede producir el narcotráfico. Ante lo expuesto; políticos de la "calidad moral" de Ricardo Anaya, Presidente del PAN; de inmediato pretenden que el ejército mexicano, prepare una emboscada (que se anuncia en vez de ser secreta), en la zona delincuencial del Estado de Puebla en donde se han detectado a los que denominan Huachicoleros y que se pretende sea un nombre tan común como decir narcotraficante. Mientras tanto, los cuerpos policíacos están fuera de la persecución de los delincuentes por la intervención militar, aún tratándose de un accionar anticonstitucional y a los cuales todo este tiempo, no seles ha tratado de preparar como policías para que recuperen sus puestos que han sido ocupados por el ejército. Los recientes acontecimientos parecen abrir una nueva era, entre La Guerra Contra el narcotráfico de Felipe Calderón y la nueva guerra contra los Huachicoleros de Peña Nieto y cuya intención principal, radica en acelerar, la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional, con la que se pretende contar en esta administración presidencial y que se quiere sea promulgada por el Congreso, a efecto de legalizar lo que muchos llaman, la militarización del país y el poder coercitivo, discrecional y absoluto en manos del ejército. Tales formas y causas que se expresan; simplemente refuerzan, la teoría que otros han negado, de que Imperios empresariales, pretenden militarizar a toda América latina, incluyendo a México, para proteger a las empresas extranjeras que disfrutan del uso, maneje y ganancias de los recursos naturales de cada país y así evitar posibles rebeliones o acciones basadas en la recuperación de sus pertenencias naturales de cada nación y también evitar estallidos sociales como consecuencia de la desigualdad, carestía y el problema económico que representa que un país, done sus recursos naturales en manos de particulares. A México se le avecina otra crisis económica importante, misma que comenzó a principios de este año y que fue detenida por conveniencias electorales, ya que el aumento a los energéticos dejaban fuera de la contienda electoral al Partido en el Poder en las votaciones del Estado de México, ante una total descalificación de los electores por el aumento delaalza de precios y la gasolina. Por tal motivo nuestra economía ha sido maquillada al grado de alcanzar un crecimiento del 2.5 por ciento en el PIB en solamente cuatro meses cuando el crecimiento anual previsto para este 2017, es de 1.7. Por lo que se advierte, que la caída posterior a los objetivos electoreros, será estrepitosa y reflejo de la mala política económica de deshacernos de nuestros energéticos con las reformas peñistas. El efecto económico afectará también a la situación social del país, por lo que debe ser controlada mediante el ejército que ya no debe cuidar una invasión extranjera sino una recuperación nacional. Mientras los cuerpos policíacos de nuestro país, ya ni Secretaria de Estado tienen; el ejército ha salido de sus cuarteles para cazar delincuentes y a quienes señalan como delincuentes y que convierten a México en el segundo país más violento del mundo; únicamente superado por Siria que se encuentra en Guerra. Estadística que no acepta el gobierno de México y mientras, sí critica a Venezuela ante la OEA por sus conflictos políticos. De ser evidente el ataque de los llamados Huachicoleros ; tendrá que analizarse, cómo es que surgen y cómo es que ocupan un mercado negro capaz de comprar y vender gasolina ilícita y cual es el tejido de una organización delictuosa que se arriesga a vender gasolina más barata y cuyo tráfico puede llegar a ser tan enriquecedor como el tráfico de la Droga. Acaso será qué en nuestro país, existen más automovilistas que drogadictos y que el consumo de gasolina es tal, que asciende entre particulares a cifras millonarias y a consumos de minuto a minuto como si se tratará de agua potable. O será que simplemente se ha comenzado un terrorismo político para obtener beneficios de seguridad para extranjeros en nuestro país. La actuación del gobierno mexicano es quien abre paso a la especulación ante su nula credibilidad y destrozo de su investidura.