Aunque el canciller mexicano Luis Videgaray Caso, al igual que Perú y Panamá, tenían todas las intenciones de que en la Cumbre de cancilleres de la OEA, se acordara la intervención de los países americanos en el caso de Venezuela; el diplomático mexicano no tuvo mayoría de votos para que los gobiernos del continente americano fueran más estrictos en la situación política que guarda Venezuela y que deben resolver únicamente los venezolanos con el respeto de la autonomía de las naciones y no como lo ha querido exponer Videgaray un aprendiz de secretario internacional. Luis Videgaray y el gobierno mexicano hizo otro ridículo internacional al viejo estilo foxista, cuando lo único que había realizado bien el gobierno Peñista, era precisamente sus relaciones internacionales que nuevamente han quedado abolladas; sobretodo porque México no tiene la calidad moral para corregir los defectos venezolanos cuando en su propio territorio se exhibe la desigualdad, inseguridad, pobreza, malestar y descomposición social, desvanecimiento institucional, mal gobierno, violencia y doble moral en la separación de poderes y en cuanto a la libertad de voto, situaciones de exigencia por parte del gobierno mexicano al venezolano, cuando México con la corrupción de sus mandatarios, han llevado al país a ser un Estado Fallido, tal y como lo ha calificado el gobierno venezolano sin que el gobierno mexicano tenga argumentos no demagógicos para negarlo.