En la era de la economía del conocimiento, es
indudable que el mayor activo con el que puede contar una nación es la
educación; que constituye la fuerza motriz para la prosperidad. No es posible
negar que los resultados mostrados por los diversos órganos de evaluación
educativa, tanto nacionales como internacionales, han evidenciado un fracaso
del sistema educativo nacional, que no ha sabido dar respuesta a las
necesidades de la población de desarrollar el potencial humano y las
competencias para afrontar los retos de la nueva realidad que estamos viviendo.Los niveles elementales de la educación son,
indiscutiblemente, los más importantes: tanto por la mayor cobertura, como por
la transcendencia que reviste una formación básica de calidad que constituya las
raíces de la formación del pueblo de México. Muchos compatriotas posiblemente
no tengan la oportunidad de acceder a la educación superior, pero con las
competencias necesarias para valerse por ellos mismos, para aprender por cuenta
propia y adaptarse a un mundo cada vez más complejo y cambiante, etc. se
encontrarían en una mejor situación para lograr su realización plena, tanto
personal como laboral. Los profesores de estos niveles deben estar
comprometidos, motivados, con la conciencia plena de su sentido existencial de
dedicarse a la tarea más importante del ser humano: la de formar al hombreMás
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