Kate del Castillo en una entrevista, le señaló a la la periodista Carmen Aristegui, que le teme más al gobierno mexicano en la aplicación de una investigación y justicia, es decir a la procuradora Arely Gómez, que a la misma mafia del narcotraficante El Chapo Guzmán. Aunque es muy difícil de creerle a la actriz, de que no tenía relación con el delincuente y que su trato con él fue un encuentro único y clandestino por el cual supuestamente las autoridades capturaron al prófugo de la justicia, también es cierto que tampoco se le puede creer a la procuradora que la investigación en contra de Kate no sea un juego mediático. Primero porque Arely Gómez violó la secrecía procesal al señalar como presunta responsable a Kate cuando apenas se está iniciando una investigación sin conclusión alguna para ejercitar acción penal, por lo que la ley penal contempla tal discreción en aras de no prevenir al presunto responsable y en protección de su honor y fama pública de quien es únicamente sospechoso pero sin elementos de consigna. Segundo porque si la procuradora Arely fuera implacable en el cumplimiento de la ley y su cargo como funcionaria pública, luego de que en esta semana se descubrió un pésimo peritaje en el lugar de los hechos del posible asesinato de los estudiantes del caso de los desaparecidos de Iguala, a tal grado de haberse encontrado evidencias de posibles disparos a un año del peritaje anterior a la investigación de dichos hechos, como lo son haber encontrado casquillos de bala entre la hierba después de tanto y tanto tiempo, situación que no encontraron los anteriores peritajes en su inspección inmediata y en las posteriores, omisones graves que debería provocar una investigación en contra del exprocurador Jesús Murillo Karam, tal y como se le ha realizado a Kate por parte de la Procuradora actual, más que las explicaciones por las que Murillo Karam cerró el caso de Guerrero, se han ido cayendo al grado de no ser creíbles ni por su exjefe quien es el Presidente de la República y aquel procurador que también parecía enérgico y eficaz como ahora pretende serlo Arely Gómez, resultó inepto y probablemente corrupto sin que Arely le abra averiguación alguna o por lo menos no lo haya anunciado a los medios como improcedentemente lo hizo con Kate. Por lo pronto, Kate del Castillo le señaló a Aristegui, que de venir a confrontar a la justicia mexicana, sería pasar de testigo a presunta responsable, a ser arraigada durante un tiempo incierto al igual que su final procesal, mientras que la Procuradora Arely en un caso como éste, que se encuentra a la vista de la opinión pública, ya mostró su incapacidad como procuradora, al anunciarse que la PGR recibió una multa por parte de un Juez Federal por no haber entregado a tiempo, el informe solicitado en el juicio de amparo solicitado por Kate contra las supuestas filtraciones a la prensa, que más que filtraciones fue la lectura de la procuradora a los medios. Y pensar que cuando el Presidente de la República la nombró como abogada del país y ratificada por el senado, todos la señalaban como una profesionista de excelencia. No cabe duda que en México, cualquiera puede vivir del deslumbrón.