La fuente de espectáculos y chismes se maneja de diferente manera respecto a la fuente política en relación con el chayote que se ha querido desaparecer en esta administración de gobierno. Es el presupuesto gubernamental excesivo quien alimentaba a los diarios, periódicos y revistas y esté aumentaba según el entreguismo del medio al gobierno en turno, y con dicho ingreso, la editorial alimentaba su contenido total y los bolsillos personales. La sección de espectáculos ha sido un espacio limitado con la línea editorial pero una vez no saliéndose de ésta, el Jefe de Información de chismes o espectáculos hace su alcancía aparte, de lo que por chayote pueda llevarse, y también el reportero o columnista, que vive más bien, de la caridad parasitaria del propio entrevistado. De igual manera se ordeña económicamente, al invitado de un programa de radio o de televisión por parte de la producción. Es claro que quien acude al chayote, lo hace por vanidad o por falta de talento, y lo entrega ya sea en dinero o en especie, al difusor de su nota o entrevista, a el promotor o publirrelacionista. La publicidad pagada de un artista es valida si en cada entrevista o mención se señala que es un espacio comprado, pero en la práctica se acude a lo subterráneo, en razón de que el artista quiere aparentar que los premios y entrevistas obtenidas son por su popularidad y no por su pago. El periodismo sano es aquel que se limita a su sueldo como reportero, columnista o periodista aunque sea precario y el periodismo independiente es sano, si solamente se alimenta de patrocinios y no del chayote, que es un acto de corrupción cuando su finalidad es siempre, engañar al público y obtener ganancias producto de la palabra vendida. El que paga manda, y quien origina el pago, compromete el libre pensar del periodista corrompido y lo hace mediocre, al no querer mejorar su espacio informativo al asegurar unos pesos.