El derecho de replica debe ser un instrumento sagrado en la comunicación para nuestra vida democrática, y el cual no debe ser negado, ni siquiera a personajes tan irritantes y que deforman los medios de comunicación, y que se han servido de éstos, para engañar a la gente. La aparición casi fantasmágorica de Carlos Trejo en un noticiario que ha procurado el análisis serio, como es el caso del espacio de Carmen Aristegui, es un ejercicio sano de esta acción de contradiscurso, aunque tal derecho de expresión defensiva, favorezca a personajes de poca aportación y de desgracia intelectual como la que chorrea el llamado "cazafantasmas". la contestación de a quiens e le acusa es cada vez más repetitiva, debido a comunicadores que son capaces de lanzar cualquier falsedad o comentario de valor en contra de un personaje público o famoso, expuesto a tal situación cuando en el micrófono existen portadores responsables de la magnitud de una Marta Susana por ejemplo, a quien s ele otorga una calidad de líder de opinión, que por ninguna circunstancia se le otorga en su país. El derecho de réplica debe ser una acción verbal de aclaración y de defensa, que abarque desde aquel ciudadano común envuelto en un juicio público hasta al propio Presidente d ela República, por más que cause molestias a quienes no están acostumbrados al desmentido.