jueves, 16 de abril de 2015

OTRA CUBA POR FAVOR






























Hasta el 11 de abril de 2015 en la VII Cumbre de las Américas. Sin Fidel en el escenario político, con Raúl Castro como presidente y con Barack Obama al frente de la Administración estadounidense llegaría por fin la fotografía que más se esperaba desde hace casi seis décadas.Obama y Castro se estrechaban la mano en un breve encuentrofrente a la atenta y esperanzada mirada del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, y el canciller cubano, Bruno Rodríguez. Un apretón que daba el pistoletazo de salida para el deshielo de las relaciones entre ambos países y que tendría su culminación un día después con la reunión de más de una hora entre ambos mandatarios.
La Historia volvía a darse la vuelta. Y donde reinó el odio surgía la cordialidad y la autocrítica. Obama, por un lado, daba por terminado el último reducto de la Guerra Fría. "Mi mensaje es: la Guerra Fría ya pasó (...) Nuestros gobiernos seguirán teniendo diferencias, pero seguiremos trabajando para restablecer las relaciones diplomáticas y abrir las embajadas (en ambas capitales)", dijo Obama en conferencia de prensa en Panamá, después del histórico encuentro.
"Ahora estamos en condiciones de avanzar en el camino hacia el futuro", afirmó Obama, quien ve factible que, con el tiempo, su país y la isla puedan pasar página a su "complicada" historia y "desarrollar una nueva relación". Cuba "no es una amenaza para Estados Unidos", ni el objetivo es un "cambio de régimen", destacó un Obama "cautelosamente optimista" con el progreso de las negociaciones para la normalización bilateral.
Por su parte, Raúl Castro aceptaba el capote tendido por Obama y no dudó en calificar de "honesto" al actual presidente de EEUU y hasta lo eximió de la responsabilidad de la política hacia Cuba desarrollada por los diez gobernantes que han precedido a Obama.
"Nuestro reconocimiento por su valiente decisión de involucrarse en un debate con el Congreso de su país para ponerle fin", señaló el presidente cubano.
Esos elogios no impidieron a Raúl Castro aprovechar su intercambio con Obama para advertirle que es "esencial" que EEUU acabe con el embargo contra Cuba para avanzar en la normalización de relaciones. El fin del bloqueo que vive la isla sería la culminación de la normalización entre los dos países.