lunes, 6 de febrero de 2017

MIGUEL ANGEL MANCERA FELIZ EN SU PAPEL












Este 5 de febrero entró en vigor la primera Constitución de la Ciudad de México como un instrumento jurídico parchado, más idealista que práctico y más político que jurídico que no cumple con la obligación de un documento histórico que debe estar basado en la seguridad y la procuración de una sociedad feliz. El jefe de Gobierno de la Ciudad, Miguel Angel Mancera aportó directamente iniciativas para la carta capitalina, mismas que resultaron generalizadas, inoperantes y que tuvieron que ser corregidas por el constituyente. Ahora los legisladores capitalinos presumen de una constitución de avanzada que contempla la relación homosexual, el respeto a los animales, la supuesta revocación del mandato y propósitos  legales  que no bastarán para sanear un actual gobierno mancerista, que ha resultado corrupto, con plebiscitos en donde los propios ciudadanos se flagelan, en donde en vez de brindar educación cívica se pretende apartar al hombre de la mujer como seres de aborrecimientos y abusos mutuos, con un gobierno electorero sin planeación pública y en calles  inseguras, sin servicios, en oscuridad y  rodeadas de   edificios históricos que ya no pertenecen a los ciudadanos sino a los eventos privados u oficinas de quienes con tal de llegar a la presidencia, se meten en una burbuja azul e ignoran los graves problemas de la ciudad para querer arreglar los asuntos  que no son de su competencia de gobierno  y sin embargo, gobiernan sin humanismo y con estupidez; pero  quizá sean  ambiciosamente felices.