Pocos han podido olvidar aquel zócalo repleto en apoyo y a merced de Cuauhtémoc Cárdenas después de aquel fraude electoral del 88. Una Plaza de la Constitución quizá más llena que cuando el apoyo por el no desafuero de Andrés Manuel López Obrador. En ese 1988, el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas estaba en plenitud y con todo el apoyo de la izquierda incluyendo al PRD que lo señaló como su líder moral , cuando todavía no se sabía de que Cárdenas tuvo un acercamiento con Carlos Salinas de Gortari, en una comida que realizó con quien en teoría, le había robado la presidencia de la República y que el pueblo lo odiaba tanto como amaba al hijo del General Lázaro Cárdenas. A patir de que se supo de esta reunión, vino la decadencia de Cárdenas. después creció la popularidad de Andrés Manuel López Obrador que mostraba congruencia que cárdenas, quien dejó entre dicho su honestidad por sus malos manejos como Jefe de Gobierno del D.F. junto con Rosario Robles y así como su acercamiento para organizar el bicentenario de la Independencia de México con Vicente Fox, hasta llegar a la actualidad con su tibia defensa a las reformas energéticas de Peña Nieto y al convertirse en este sexenio, de un luchador social a un simple empleado burócrata y al servicio de la nómina mando del incapaz Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Angel Mancera. La poca o casi nula resistencia de Cárdenas al fraude de Felipe Calderón en el arrebato presidencial al PRD y sus actitudes mezquinas, han formado a un Cárdenas desubicado que trató de sacar prenda política al unirse a las protestas estudiantiles,en la marcha para exigir la aparición de los 43 normalistas de Guerrero; subestimando al pueblo, que en un sector, no es tonto, por lo que tal sector, lo insultó y expulsó de su protesta, y lo señalaron como un personaje que no es de los suyos, que no es líder, ni tampoco moral. Las actitudes de Cárdenas provocaron la violencia en su contra; violencia que por cierto, de ninguna manera, será justificada. Ni siquiera contra estos oportunistas.
lunes, 13 de octubre de 2014
A CUAUHTEMOC CARDENAS LE SOBRARON PIES PARA NO SER QUEMADO
Pocos han podido olvidar aquel zócalo repleto en apoyo y a merced de Cuauhtémoc Cárdenas después de aquel fraude electoral del 88. Una Plaza de la Constitución quizá más llena que cuando el apoyo por el no desafuero de Andrés Manuel López Obrador. En ese 1988, el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas estaba en plenitud y con todo el apoyo de la izquierda incluyendo al PRD que lo señaló como su líder moral , cuando todavía no se sabía de que Cárdenas tuvo un acercamiento con Carlos Salinas de Gortari, en una comida que realizó con quien en teoría, le había robado la presidencia de la República y que el pueblo lo odiaba tanto como amaba al hijo del General Lázaro Cárdenas. A patir de que se supo de esta reunión, vino la decadencia de Cárdenas. después creció la popularidad de Andrés Manuel López Obrador que mostraba congruencia que cárdenas, quien dejó entre dicho su honestidad por sus malos manejos como Jefe de Gobierno del D.F. junto con Rosario Robles y así como su acercamiento para organizar el bicentenario de la Independencia de México con Vicente Fox, hasta llegar a la actualidad con su tibia defensa a las reformas energéticas de Peña Nieto y al convertirse en este sexenio, de un luchador social a un simple empleado burócrata y al servicio de la nómina mando del incapaz Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Angel Mancera. La poca o casi nula resistencia de Cárdenas al fraude de Felipe Calderón en el arrebato presidencial al PRD y sus actitudes mezquinas, han formado a un Cárdenas desubicado que trató de sacar prenda política al unirse a las protestas estudiantiles,en la marcha para exigir la aparición de los 43 normalistas de Guerrero; subestimando al pueblo, que en un sector, no es tonto, por lo que tal sector, lo insultó y expulsó de su protesta, y lo señalaron como un personaje que no es de los suyos, que no es líder, ni tampoco moral. Las actitudes de Cárdenas provocaron la violencia en su contra; violencia que por cierto, de ninguna manera, será justificada. Ni siquiera contra estos oportunistas.