Tiene cuatro patas,
mueve la cola, tiene hocico y no es perro, aunque todos saben que es perro. Así
resulta ahora, que los políticos no son políticos son humanistas, ecologistas o
ciudadanos a secas. La palabra político está tan asquerosamente salpicada que hasta los políticos no quieren cargar con
el adjetivo calificativo en vez de reivindicarlo. Decir que lo que nuestro país
necesita son ciudadanos en el gobierno y
no políticos, es tan temeroso como decirles a los pasajeros que quien está en la cabina de control, no es
un piloto aviador sino un “ruletero”. Los partidos políticos ya no quieren
decir que tienen nuevos políticos porque el PRI ha manchado la palabra “nuevo”
al prometer eliminar su máquina de abusos, sin hacerlo. Tampoco quieren decir que son “un cambio”
porque el PAN también ha denigrado esa palabra. Como también el PRD la palabra esperanza. Y todos los niveles de
gobierno y partidos políticos su verdadero nominativo que es ser políticos
cuando lo que menos han realizado es política. Por eso, antes que decir que son
políticos, les mencionan a sus desilusionados electores que son jóvenes,
ciudadanos, actores de televisión, naturistas, futbolistas, payasitos con
lagrimitas o luchadores sociales que
resultan peores que los políticos y si no, nada más hay que recordar los
desastres provocados por ignorantes
activistas como lo son los “gualas” (de Wallace), Los martí o aquellos que se dicen escritores y viven de las rentas
que le dejan la victimización de un hijo muerto, y adoptan la postura de
defensores de la patria al estilo indiana Jones. No hay un político que pueda
dar la cara de haber sido excelente gobernante o por lo menos haber realizado
un gobierno aceptable, y quien llega a ser un
muy pequeño referente, los poderes fácticos, aprovechando que los
mexicanos somos antes que ciudadanos, primero televidentes; lucharan para
desprestigiarlo. Por lo que si alguien menciona
que las instituciones mexicanas son un fracaso; es un odioso
irreverente, a pesar de que los mismos que juzgan, se quejan de las
procuradurías de justicia, del IMSS o de las autoridades electorales. Y quien
dice que existen mafias de poder será un
provocador, aunque se reconozca el
proceder de los salinas y de empresarios dueños de despiadados monopolios. Se
le calificará de loco a quien
repetitivamente diga estar sujeto a un complot; aunque existan desafueros que
no sepan que hacer con el desaforado. Por lo que ha sido más redituable para
los partidos políticos negar que tienen políticos. Y sí eso otorga
honorabilidad, algún día, el sector salud deberá decir que no tiene médicos, y
que los órganos de justicia no tienen
abogados y que nuestro sistema de gobierno, no tiene Presidente. Lo mejor sería
decirles a quienes dicen que no son políticos;
que nosotros no somos electores. Y para colmo de males, la única candidata por la cual yo votaría; no
pertenece a mi jurisdicción.