Sobre la apuesta de la radio, incluyendo la de internet o más la de internet, por los programas vulgares, de contenido banal y sin compromiso de fondo, de la salida de programas y comunicadores afanados en brindar un enfoque informativo y de conciencia social y de que gobierno ha dejado en estado de desprotección y a manos de mercaderes la comunicación de nuestro país, el maestro de la denuncia, Tomás Mojarro nos pregunta:
"¿Libertad de expresión? ¿Dónde? ¿En los medios impresos y
electrónicos? ¿A quién o quiénes pertenecen tales medios? ¿Libertad de
expresión o libertad de empresa? ¿Qué intereses se habrán de privilegiar en los
medios: los del propietario o los del periodista? ¿Quién o quieres tienen en su
mano permitir o negar al periodista “su” libertad de expresión? ¿No es el de
Aristegui un ejemplo patético de lo endeble que resulta la libertad de
expresión del periodista en los medios? ¿Que no debería ser así? No, por
supuesto; donde no existe la libertad de expresión no existe la democracia,
¿pero democracia en México más allá del cruce de una papeleta cada tres y seis
años como pretexto para que un grupo oligárquico se alterne en el poder?"
" Peña no entiende que no entiende, según motejan analistas extranjeros al presidente mexicano. ¿Y nosotros? ¿Nosotros sí entendemos? ¿Qué ocurre con la denominada sociedad civil? Nosotros tampoco entendemos, y esto se ha puesto en evidencia con el estridente conflicto entre la periodista Carmen aristegui y la organización MVS, de la familia Vargas. ¡Libertad de expresión!, claman las masas. ¡Se ha violado la libertad de expresión! Y a los vociferantes. " con lo que concluyó.