martes, 15 de diciembre de 2015
MANCERA TRAS EL BILLETE
El jefe de gobierno Miguel Angel Mancera está aferrado a subir el salario mínimo y seguramente lo hace en favor de aquellos que poco les alcanza para pagar la tarifa del metro que el se encargó en aumentar en cifras récord deteriorando el poder adquisitivo de miles de familias como no se había visto desde la crisis de López Portillo y Salinas de Gortari. De igual forma considera urgente el aumento a dicho salario para que los trabajadores puedan pagar las infracciones inconstitucionales del Reglamento de Transito que implantó. Ahora que la Comisión de Salarios subió el mínimo a cuatro pesos, Mancera enfureció diciendo que era un madrugete, es decir que su preocupación no es el aumento al salario del trabajador sino que él sea el único impulsor. Sí Mancera fuera un político bien intencionado, la propuesta la hubiera realizado desde antes y no ahora que se acerca su "postulación" como candidato a la Presidencia de la República por lo que también por dicho motivo, realizó cambios a su gabinete, eliminando a los pillos a quienes les dejó abiertas las arcas capitalinas, ahora por conciliadores perredistas para que se pueda realizar una negociación con MORENA después de que al PRD, el nuevo partido político lo dejó con el puro cascarón y le ganaron las elecciones intermedias al partido del sol azteca. Si las intenciones de Mancera fueran legítimas, en vez de pedir un aumento al salario pediría una estrategia para aumentar el poder adquisitivo y no un alto al aumento de productos básicos y de consumo habitual que es mas benéfico y productivo que un aumento salarial que lo único que provocara es que suban los precios en la misma proporción que suban los salarios. Aunque la postura de Miguel Angel Mancera es lógica para quien piensa que el pueblo es un ente retrasado que al escuchar declaraciones y luchas populistas e incongruentes, olvidará un mal gobierno, y volverá a prometer lo que no cumplirá, tal y como lo hizo en su campaña a la candidatura de la jefatura de gobierno. Pero Usted, ¿Cuántas veces puede confiar en un mentiroso?