Cuando hablamos de nuevos
enfoques en los contenidos informativos por Internet, en medio del vértigo que
velozmente lleva al mundo por la autopista de la información, los periodistas
debemos tener en cuenta un primer asunto fundamental en el que quiero ser
concluyente: no existe la oposición periodistas digitales vs. periodistas de
prensa, no existe periodismo blanco vs. periodismo rojo, no existe periodismo
occidental vs. periodismo oriental y no existe periodismo “militante” vs.
periodismo “objetivo”. Lo único que existe es periodismo bueno y periodismo
malo. De este último hay mucho.Y ese periodismo bueno -o malo-
se lo hizo en el pasado desde las duras teclas de una vieja máquina de escribir
Remington o se lo hará en el futuro desde la más poderosa y veloz laptop de
última generación y enorme capacidad de memoria.Se trata de un periodismo que no
puede olvidar su esencia, su deber ser. Un periodismo en el cual no es posible
hacer oposiciones y antónimos ni hablar de que la tecnología traerá nuevas
formas de asumirlo como un oficio al servicio del público: el buen periodista,
antes, ahora y en el futuro, se define como un profesional éticamente
responsable, debe servir a sus lectores, ser sensible con sus necesidades,
reflejar sus tendencias de vida, ayudarlos a tomar decisiones para mejorar su
existencia, entregarles antecedentes, consecuentes y contextos para que los
lectores entiendan mejor la parte de la realidad que les está contando, ser
útil a los ciudadanos, prestarles servicios.En otras palabras, el buen
periodista es aquel profesional capaz de orientar al lector en sus dudas y en
sus tribulaciones, desde las más domésticas y simples hasta las más decisivas
para el lector como individuo y para la sociedad a la que pertenece.Tampoco se puede hablar de que
existen innovadoras especialidades académicas como el periodismo de precisión y
el periodismo de investigación, cuando estas dos supuestas especialidades son,
justamente, elementos esenciales del periodismo de siempre, del buen periodismo
de toda la vida: ético, riguroso, detallado, balanceado y puntual (es decir,
preciso). Inteligente, persistente, batallador, sagaz, profundo, concreto y
revelador (es decir, de investigación).El buen periodista es un
profesional atento a las necesidades del público, fiel y exacto en la
descripción de los hechos y del rol que juegan cada uno de los actores activos
y pasivos de esos hechos.Solamente ese buen periodismo
ha sido, es y será, supongo que para siempre, la base y soporte de la calidad
de los contenidos de cualquier medio de comunicación, desde el teletipo y los
viejos periódicos hasta las casi infinitas posibilidades del Internet para la
información noticiosa del presente y el futuro.Solamente ese buen periodismo
será capaz de entregar a sus lectores información en las condiciones más
adecuadas, independientemente de cuál sea el medio a través del cual la emite.
Más en www.somoselespectador.blogspot.com