Una pistola en las manos de un asesino es tan peligrosa como el manejo de las redes sociales por un ignorante. El miedo colectivo se apoderó de muchos, por medio de su teléfono ante un llamado "revolucionario" por la alza de la gasolina. Sin embargo la actitud alarmista de los mensajes lanzados por la vía tecnológica han servido para un experimento sobre la falta de reacción del mexicano en general, ante un suceso político, económico, ideológico, cívico y hasta emergente y lo mucho que refleja su ignorancia como receptor de las redes sociales lo que demuestra la urgencia de que en México exista una revolución, pero no armada, sino una revolución educativa.