La industria automotriz estadounidense que había determinado
construir automóviles en México debido a la mano de obra barata con leyes
laborales deficientes para el trabajador y paraísos fiscales han determinado
abandonar el país ante las ofertas que plantea el nuevo gobierno de Donald Trump quien en su gestión piensa
inyectar el empleo para los ciudadanos estadounidenses y mayor comercio en su
país debido al descuido de anteriores mandatarios quienes se habían dedicado a
recibir ingresos en torno a la protección
de países ante el terrorismo y la guerra. Mientras tanto, el gobierno
mexicano tirado en la hamaca en espera de
ingresos provenientes de las remesas de muchos mexicanos ilegales
trabajando en Estados Unidos y producto del lavado de dinero, así como de la
corrupción en el manejo de la petrolera mexicana, en vez de invertir en su autonomía; descuidaron
cualquier ingreso que México pudiera tener de manera autónoma como lo es el
turismo, la minería y el campo; ahora se les movió tal confort al haber apostado a un solo socio comercial
quien ahora quiere cambiar las reglas del juego de manera abusiva pero conforme
a su derecho. Es por eso la rabia y el
mensaje mediático del gobierno mexicano en contra de Donal Trump quien quiere retirar sus canicas
del juego en el único tablero en donde la economía mexicana apostó sus
fichas. México con un campo muerto y
sometido a las condiciones de estancamiento que determinaban las claúslas del
Tratado de Libre Comercio con EUA y Canadá, con una industria petrolera rica
pero malbaratada y posteriormente exportada al no trabajar su procesamiento,
con un turismo poco promovido y sujeto al desprestigio tolerado por el mismo
gobierno mexicano al difundir actos de violencia de manera exagerada y otras
provocada y al aceptar cargar con el desprestigio del Virus de la Influenza (que surgió primeramente en Estados Unidos) y
otras salvedades, han dejado en la ruina la economía mexicana y a la deriva como si un invalido dependiente
de su cuidador sufriera la ausencia definitiva de quien lo estaba cuidando. Así
se descuidó la deuda externa que aumentó
desde la época portillista y que nos olvidamos
de ella como si la misma ya no existiera y poco a poco se fueron abriendo las letras chiquitas de las cláusulas del tratado de Libre Comercio aceptado
por Salinas de Gortari, quien es el gestor y maestro del actual Presidente de
México. Monopolios y el libre accionar
económico y político de Estados Unidos en nuestra economía hicieron que México
marchará al abismo con piloto automático
situación que también daba campo de
maniobra a la corrupción del gobierno mexicano.
Ahora que el mayor y casi único socio comercial del país nos voltea la espalda después de cumplir sus
objetivos económicos, la estrategia económica mexicana se hace pedazos pero con
una gravedad a las anteriores, que ahora también se presenta un descuido social
y educativo traducido en la
descomposición social y violencia y el regreso de un gobierno autoritario,
antidemocrático, intolerante y censurador que también era controlado por
Estados Unidos al no querer tener el desprestigio internacional de firmar
tratados y convenios internacionales con un socio antidemocrático. Y quien
no cumpla las condiciones del gobierno estadounidense sufrirá de desprestigio como Cuba o Venezuela quien goza de una industria
petrolera autónoma, situación que tanto
molesta a Estados Unidos, que puso en
marcha una campaña de desprestigio y mientras tanto, Donald Trump que se ha
manifestado con declaraciones racistas y
contrarias al Derecho Internacional es calificado de un gobernante que
implantará una política en contra de los latinos pero nunca se le ha calificado
como un peligro continental como a los gobernantes del sur de América. Ahora México
tendrá que sufrir las consecuencias de tolerar las letras chiquitas que
formaban las cláusulas del Tratado de Libre Comercio y haber mantenido inerte
su funcionamiento autónomo.