Hace unos
días, en una de sus apariciones públicas, el Jefe de Gobierno Miguel Ángel
Mancera, recordó que el fue el principal impulsor del Frente Ciudadano, y
aunque se especuló la búsqueda de la candidatura presidencial por parte del
funcionario, pero ha quedado claro que no será él, quien compita en la boleta
electoral representando la alianza partidista que él mismo gestó. Al respecto en Milenio, el periodista Ricardo Alemán, escribe que,
efectivamente “el padre de la criatura fue Miguel Ángel Mancera. Desde enero de
2016 promovió una candidatura de unidad entre Partido de la Revolución Democrática (PRD), Partido Acción Nacional (PAN) y las izquierdas. Con el tiempo, sin embargo, fue la primera
víctima de las traiciones políticas de azules y amarillos. ¿Quién traicionó a
Mancera, por qué? La traición estuvo a cargo de Los Chuchos del PRD y de
Ricardo Anaya, del PAN. La historia es la siguiente […]. Miguel Ángel Mancera
trabajaba en la conformación de un ‘frente opositor de centro izquierda’ para
postularse como candidato presidencial. Mancera aspiraba a ser el Macron
mexicano. Para ello empujó a Alejandra Barrales a la presidencia del PRD, con
la encomienda de establecer puentes para una alianza PAN-PRD, que se podría
extender a otros partidos. Ese fue el primer error y la primera traición. Y es
que la señora Barrales fue seducida por las mentiras de Ricardo Anaya, quien a
cambio de apoyar la candidatura presidencial del panista —en la alianza— le
prometió a Barrales la candidatura en Ciudad de México […]. Una vez que Los
Chuchos […] detectaron que Anaya pagaría lo que fuera para ser candidato
presidencial […] entonces se abalanzaron sobre una fórmula que tienen bien
medida. Jesús Ortega y Jesús Zambrano cambiaron las cabezas de Miguel Ángel
Mancera y de Alejandra Barrales por 40 por ciento de las candidaturas de los
mejores distritos electorales de todo el país […] y seis de nueve candidatos a
gobiernos estatales, además de casi 30 por ciento de senadores. ¿Qué quiere
decir lo anterior? Casi nada, que Los Chuchos ‘chamaquearon’ a Ricardo Anaya
—quien vació al PAN a cambio de ser candidato presidencial de la alianza PAN,
PRD y MC— y Los Chuchos serán la fuerza más poderosa en las dos cámaras del
Congreso a partir de 2018 […]. Además, Los Chuchos también se quedarán
con la coordinación de los diputados y senadores de la alianza PAN-PRD-MC. Por
eso […], Mancera renunció a la eventual candidatura presidencial del sepultado
‘Frente Ciudadano’, que terminó en un cuento ‘engañabobos’. Al final, Anaya
será candidato de un vulgar reparto de cuotas y cuates del PAN-PRD-MC. Es
decir, más de lo mismo. En el fondo, Anaya será el candidato ‘del engaño y la
mentira'”. Sobre las razones para dejar a Mancera fuera de la candidatura
presidencial, en el Excélsior, la columnista Vianey Esquinca, escribe que: “y para
sorpresa de propios y extraños se concretó oficialmente la coalición electoral
entre el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano. El antes Frente Ciudadano por México
[…]. Estos partidos rompieron la regla de la física de que el agua y el aceite
no se mezclan. Por el contrario, dieron una prueba irrefutable que los polos
opuestos se atraen, que el pragmatismo venció una vez más a la ideología, que
más vale decir aquí pactó, que aquí quedó en tercer lugar y que el interés
tiene pies partidistas. ¿Qué puede surgir de este matrimonio por interés? La
respuesta es de pronóstico reservado, pero las apuestas serán más cautelosas
porque el Frente demostró que haberse repartido los bienes de forma anticipada
y haber afinado los detalles del contrato prenupcial fueron suficientes para
que ese arroz se cociera […]. Si bien Miguel Ángel Mancera ha demostrado que
puede ser un buen candidato, no se puede decir lo mismo de su gestión como Jefe
de Gobierno. ¿Cómo podía ser el abanderado del Frente cuando en la propia
ciudad que gobierna tiene tan baja aprobación? […]. También hay que reconocer
el trabajo del Presidente de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, quien, como
fiel Sancho, salió a defender a su Quijote Anaya cuando Mancera hizo un
movimiento inesperado diciendo que quería ir por la grande. Además, debe
agradecérsele a Alejandra Barrales, quien fungió como punching bag de las
tribus perredistas que estaban decididas a dinamitar al Frente. Pero entonces
queda Ricardo Anaya, de quien se da por un hecho que será el candidato panista.
Pero, ¿qué tiene el queretano? […]. Anaya tiene todavía en la espalda el
escándalo de enriquecimiento personal y de su familia […]. Además, Anaya no se
caracteriza por su carisma, y ése no se puede desarrollar ni adquirir de la
noche a la mañana ¿Qué pasará entonces? La oficialización de la candidatura
presidencial de Anaya al frente del Frente; los pleitos de las tribus al
interior del PRD para repartirse las candidaturas que les tocan, pero, sobre
todo, la Jefatura de la Ciudad de México y la última última última definición
sobre el futuro de Miguel Ángel Mancera, porque aunque ayer dijo que se quedaba
en el gobierno capitalino, esto apenas comienza y todo puede suceder”.Luego de ver frustradas sus supuestas aspiraciones
presidenciales, Mancera ha comenzado a desplegar una nuevas estrategia, así lo
menciona en Milenio, su columna de trascendidos Trascendió,
que asegura que: “no faltaron quienes vieron en el destape de Armando Ahued y
Salomón Chertorivski una maniobra del Jefe de Gobierno de CdMx, Miguel Ángel
Mancera, para hacer mosca a Alejandra Barrales, quien acordó con el PAN y
Movimiento Ciudadano lanzar a Ricardo Anaya como candidato del Frente a la
Presidencia. De hecho, fue Barrales quien dijo a la prensa que había un
generoso ofrecimiento para Mancera, a modo de premio de consolación: la
coordinación de la campaña de Anaya, algo que el Jefe de Gobierno capitalino,
obvio, rechazó”.Los beneficios de Mancera por no ser candidato presidencial son
mencionados en el diario Reforma, por su columna
de trascendidos Templo Mayor, la
cual asegura que: “será el sereno, pero quien perdió y salió ganando fue Miguel
Ángel Mancera, pues si bien dejó de lado su aspiración presidencial, terminó
tomando el control total del PRD y aseguró para su grupo posiciones clave. De
entrada, por supuesto, está la designación de Manuel Granados como nuevo líder
del perredismo a nivel nacional. Además, a nivel capitalino, se sabe que las
dos candidaturas al Senado serán también para perredistas, una de las cuales
prácticamente está escriturada para el principal operador de Mancera: el
conspicuo Héctor Serrano. Por si fuera poco, en el acuerdo con el PAN para la
conformación del Frente, al perredismo le tocarían, por lo menos, 14 de las 23
diputaciones federales en juego en la Ciudad de México. Sin duda que los
perredistas deben estar felices con el acuerdo. Ahora sólo falta saber qué
dicen los panistas cuando vean la factura que tendrán que pagar por la
candidatura presidencial de Ricardo Anaya”.