Alejandra Barrales inició de manera oficial su campaña para
la Jefatura de la CDMX, y ane sus primeras promsas, señaló que la Ciudad de
México no merece ser territorio de narcotraficantes, con lo que reconoció la
presencia de cárteles en la ciudad capital. Tal situación fue negada por Miguel
Angel Mancera en casi todo su gobierno y
solamente lo aceptó cuando perdió cualquier posibilidad de ser candidato a la
presidencia de la República en una grave omisión. El rotativo estadunidense The Washington Post
había señalado en un artículo que se procuró fuera intrascendente que “en los días previos a la operación contra
(Felipe de Jesús Pérez Luna) ‘El Ojos’, Mancera viajó al agitado estado de
Chihuahua para regalar patrullas a los gobiernos de las ciudades que enfrentan
el crimen organizado, sugiriendo que la capital tenía tal seguridad que podría
ahorrar los recursos”. “Políticos mexicanos con aspiraciones presidenciales a
menudo tratan la violencia como un problema de relaciones públicas”. Pese a los
hechos, reseñó el diario, Mancera insistió en que el Cártel de Tláhuac es una
red de narcomenudistas, “y que grandes potencias como los cárteles de Jalisco
Nueva Generación y el de Sinaloa no operan en la Ciudad de México”.“Un cártel
es una organización mucho más grande y es una responsabilidad federal”, machacó
Mancera, y ahora quien desea su
sucesora, señaló de manera inevitable todo lo contrario. Ahora la Ciudad de
México ha presentado el peor brote de
violencia en cuando menos 20 años, incluso más grave que en 2011, el otro año
de cifras más altas.