La cruzada contra el hambre que implantó Enrique Peña Nieto
como copia del programa sin hambre de
Lula da Silva en Brasil fue utilizado por el mandatario mexicano para tener el
mismo impactó internacional que causó la cruzada brasileña. Al mando de este programa, Peña Nieto dejó como operativa a la poco
honorable y no confiable Rosario Robles,
en donde pasaron por sus manos cientos de millones para el programa alimenticio,
así como para realizar acciones de
seguro de vida para Jefas de familia,
el programa PROSPERA que Calderón lanzó como “Oportunidades” encaminado en la
salud y la educación y la Pensión para adultos mayores que tanto se le criticó
al oponente peñista, López Obrador. Dichos
programas a meses de que Peña deje la
presidencia, están quebrados y al igual que los programas brasileños, las
acciones mexicanas están en tela de
juicio por su operación bajo corrupción y desvíos de fondos a favor del partido en el poder, osea el PRI. La diferencia entre los programas peñistas y
los realizados por el presidente brasileño, es que el proyecto sudamericano ha
sido utilizado para encarcelar a Lula da
Silva por parte del Presidente de Brasil, Michel Temer, mientras que los programas sociales mexicanos, han servido para presumir
la impunidad de Enrique Peña al igual que la de su corrupto gabinete de amigos, cuya conducta se enmarca con la frase: “No te preocupes
Rosario”.