Cruz Azul se ha convertido en el comodín para que el América se luzca, su mejor punto de publicidad para los amarillos y de insistencia de que el enfrentamiento entre águilas y cementeros es un clásico joven, cuando de clásico ya no tiene nada, ante la superioridad americanista. El sábado pasado el cuadro de Coapa dejó fuera por segunda vez consecutiva al Cruz Azul del torneo de liga y otra vez bajo el yugo de una cruzazuleada, al ír ganando la máquina por un gol, para después recibir dos golazos que no evitaron, que los cruzazulinos volvieran a poner de pretexto al arbitraje, ante un dominio claro, no solo de 90 minutos si no de más de una década. El América que este torneo igualó récord de partidos invictos de su propia marca al igual que en CONCACAF como el más invicto; hacen que la comparación sea aún más grande, entre un equipo grande y otro que dice ser una cooperativa cuando no lo es; y dice ser un equipo grande cuando tampoco lo es. La afición cruzazulina deberá valorar entre reconocer que su equipo es chico con una gloriosa década de los setentas, o seguir siendo importante, únicamente para la burla de los demás equipos. Generaciones enteras no saben lo que es un campeonato por parte del Cruz Azul que mejor terminó demoliendo su histórico "Estadio Azul" que su delirio de grandeza, que no tiene Necaxa con igual andar o Toluca y Santos con mayor paso exitoso.
