Después de dos días de especulaciones sobre lo que iba a hacer
el mayor político popular de la historia reciente brasileña –frente al mandato
de prisión expedido por el juez Sergio Moro menos de 24 horas después del
rechazo al Habeas corpus de la Corte suprema– Lula decidió este sábado entregarse.Eran
numerosos sus aliados que intentaron convencerlo de resistir con los millares
de personas que estaban acampando frente al sindicato de los metalúrgicos, el
lugar mas emblemático de la historia política del expresidente, donde nació su
militancia y donde terminó, por ahora, su carrera política. “Allende no se
entregó”, decían algunos. “João Goulart (presidente entre 1961 y 1964) se dio
por vencido y nos entregó a la dictadura”, pensaban otros.Pero parece que el
expresidente fue convencido por sus abogados de rendirse pacíficamente y seguir
luchando por probar su inocencia. El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da
Silva, recluido desde el sábado en una celda en Curitiba para cumplir la pena a
12 años de prisión a la que fue condenado por corrupción, está bien pero
indignado por su situación, dijo hoy su abogado tras visitarle en la prisión.“Está
bien aunque indignado con esa situación”, afirmó Cristiano Zanin, uno de los
miembros de su equipo de defensa, en un vídeo divulgado por el Partido de los
Trabajadores (PT) que grabó poco después de reunirse con el exgobernante en su
celda en la sede de la Policía Federal de la sureña ciudad de Curitiba. Zanin
ha sido hasta ahora la única persona, fuera de carceleros y policías, con la
que el considerado líder más carismático en la historia de Brasil ha tenido
contacto desde que se entregó a la Policía en Sao Paulo y fue trasladado a
Curitiba. Por otra parte, el activista
argentino Adolfo Pérez Esquivel ha lanzado una iniciativa en la plataforma
Change.org para lograr que el expresidente brasileño, Luiz Inácio Lula da
Silva, sea postulado este año al Premio Nobel de la Paz.Esquivel, quien en 1980
recibió dicho galardón por su compromiso en defensa de los derechos humanos
frente a las dictaduras en América Latina, espera convencer al comité noruego
del Nobel que la "lucha contra la pobreza y la desigualdad" dijo de Lula da Silva. "No estoy por
encima de la Justicia (...). Creo en la Justicia, pero en una Justicia justa,
con un proceso basado en pruebas concretas", dijo este sábado tras
participar en una misa en homenaje a su esposa, Maria Letícia, fallecida en
febrero de 2017.El expresidente volvió a defender su inocencia y dijo que el
único crimen que cometió fue haber luchado para reducir la pobreza en Brasil y
mejorar la condición de vida de sus ciudadanos. Lula rompió así su silencio por
primera vez desde que el juez Moro ordenara su arresto para que cumpla una pena
de 12 años de prisión por corrupción y lavado de dinero.En lo que podría ser su
último pronunciamiento público antes de entrar en la cárcel, Lula estuvo
acompañado por la expresidenta Dilma Rousseff y miembros de la cúpula del
Partido de los Trabajadores. El expresidente rasileño tenía altas posibilidades
de volver a ocupar la silla presidencial de su país. El presidente brasileño,
Michel Temer, subrayó que en el país se deben cumplir las leyes y respetar la
Constitución, en una declaración interpretada como una alusión a la prisión
dictada contra el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva."Algunos dicen
que eso de cumplir la orden jurídica es relativo", afirmó Temer durante un
evento con empresarios celebrado en Foz de Iguaçu, ciudad del sur del país, que
casi coincidió con el momento en que Lula anunció que acataría la orden de
prisión que un juez había dictado en su contra el pasado jueves.