Tras la rererecaptura del Chapo Guzmán; al Presidente de la República nada más le faltaron aventar globos, el confetti, los gorritos y las espantasuegras para festejar. Como dirían las sabias palabras del señor Presidente Municipal de Cuernavaca, Morelos: "ésto si está de la chingada", ya que mientras en el sexenio de Enrique Peña se libera impunemente a Florence Cassez por presión del gobierno francés a la justicia mexicana, mientras que vergonzosamente el poder judicial de nuestro país expide libertad al narcotraficante Rafael Caro Quintero para que después de sacarlo por la puerta grande, posteriormente ordenara su reaprehensión sin que la seguridad del país pudiera controlar su ubicación para evitar su fuga y sin que la Procuraduría haya consignado a ningún Juez responsable que dictó la libertad improcedente de Quintero, y mientras, Federico Figueroa no ha podido ser investigado de manera debida con todo y que el ejecutivo del estado de Morelos lo ha señalado de tener lazos con el crimen organizado y de que es un grito a voces de su relación con las narcomantas, recursos ílicitos y de la protección de impunidad que brindaba a su familia, incluyendo a su finado hermano Joan Sebastián casi propietario de Juliantla, y mientras, los sistemas penitenciarios han mantenido una tradición de años sin que este sexenio sea excepcional, de corrupción, abuso de poder y atropello de derechos humanos, así como de perfeccionamiento criminal y humillación para los reos y sus familiares; mientras todo esto pasa, el Presidente y su gabinete "cacarean" la detención de Joaquín Guzmán cuando la misma, no se trata de una aprehensión sino de una captura en una segunda ocasión por la incapacidad del gobierno mexicano de mantenerlo en un penal de máxima seguridad en el cual los delincuentes salen y entran cual perro por su casa y que ante el fracaso penitenciario y de impartición de justicia, el gobierno mexicano en vez de únicamente comunicar el deber cumplido; ridículamente festeja la supuesta victoria y hasta entona el himno patrio mientras que nuestra moneda sufre una devaluación que supera la crisis portillista del 82 y el error de diciembre del 94. Alzaremos los brazos y entonaremos gloriosos el himno nacional; cuando nuestro país enfrente con seriedad su problemática social, económica, jurídica, educativa y salga airoso por contar con un Presidente de la República como resultado de una elección limpia y democrática y que una vez cumplida su gestión sea recordado como un servidor público honorable y recordado por su pueblo con agradecimiento y no con una máscara que cubre la cara de un niño malabarista de un semáforo. Nuestro país sufre de festejos triunfalistas basados en sus mentiras históricas, como lo fue la carta Sentimientos de la Nación expedida por José María Morelos y Pavón que nunca tuvo vigencia en nuestro país y que fue una copia de la Constitución Francesa. Así ahora vivimos en el disimulo de vivir en un Estado de derecho y de fortalecimiento de las Instituciones en donde nuestra trágica historia se traduce en una historieta de policías y ladrones reducida a la detención del Chapo Guzmán.
sábado, 9 de enero de 2016
HURRA CAPTURAN AL CHAPO GUZMAN
Tras la rererecaptura del Chapo Guzmán; al Presidente de la República nada más le faltaron aventar globos, el confetti, los gorritos y las espantasuegras para festejar. Como dirían las sabias palabras del señor Presidente Municipal de Cuernavaca, Morelos: "ésto si está de la chingada", ya que mientras en el sexenio de Enrique Peña se libera impunemente a Florence Cassez por presión del gobierno francés a la justicia mexicana, mientras que vergonzosamente el poder judicial de nuestro país expide libertad al narcotraficante Rafael Caro Quintero para que después de sacarlo por la puerta grande, posteriormente ordenara su reaprehensión sin que la seguridad del país pudiera controlar su ubicación para evitar su fuga y sin que la Procuraduría haya consignado a ningún Juez responsable que dictó la libertad improcedente de Quintero, y mientras, Federico Figueroa no ha podido ser investigado de manera debida con todo y que el ejecutivo del estado de Morelos lo ha señalado de tener lazos con el crimen organizado y de que es un grito a voces de su relación con las narcomantas, recursos ílicitos y de la protección de impunidad que brindaba a su familia, incluyendo a su finado hermano Joan Sebastián casi propietario de Juliantla, y mientras, los sistemas penitenciarios han mantenido una tradición de años sin que este sexenio sea excepcional, de corrupción, abuso de poder y atropello de derechos humanos, así como de perfeccionamiento criminal y humillación para los reos y sus familiares; mientras todo esto pasa, el Presidente y su gabinete "cacarean" la detención de Joaquín Guzmán cuando la misma, no se trata de una aprehensión sino de una captura en una segunda ocasión por la incapacidad del gobierno mexicano de mantenerlo en un penal de máxima seguridad en el cual los delincuentes salen y entran cual perro por su casa y que ante el fracaso penitenciario y de impartición de justicia, el gobierno mexicano en vez de únicamente comunicar el deber cumplido; ridículamente festeja la supuesta victoria y hasta entona el himno patrio mientras que nuestra moneda sufre una devaluación que supera la crisis portillista del 82 y el error de diciembre del 94. Alzaremos los brazos y entonaremos gloriosos el himno nacional; cuando nuestro país enfrente con seriedad su problemática social, económica, jurídica, educativa y salga airoso por contar con un Presidente de la República como resultado de una elección limpia y democrática y que una vez cumplida su gestión sea recordado como un servidor público honorable y recordado por su pueblo con agradecimiento y no con una máscara que cubre la cara de un niño malabarista de un semáforo. Nuestro país sufre de festejos triunfalistas basados en sus mentiras históricas, como lo fue la carta Sentimientos de la Nación expedida por José María Morelos y Pavón que nunca tuvo vigencia en nuestro país y que fue una copia de la Constitución Francesa. Así ahora vivimos en el disimulo de vivir en un Estado de derecho y de fortalecimiento de las Instituciones en donde nuestra trágica historia se traduce en una historieta de policías y ladrones reducida a la detención del Chapo Guzmán.