sábado, 30 de enero de 2016

SE ACABAN EL D.F.














Un gobierno ya sea Federal o local que no es capaz de proporcionar a su población, un servicio tan elemental como lo es el Agua y cuya suspensión por causas de mantenimiento en su suministro es de manera sistemática, es un gobierno fracasado e incompetente para solucionar problemas  y planear programas a largo plazo. Y ese gobierno incompetente ahora tendrá más facultades tanto jurídicas y políticas, como económicas y estructurales por la conversión de Distrito Federal a Ciudad de México. Serán esos políticos y funcionarios ineptos quienes tendrán la responsabilidad de realizar una Constitución para la capital del país, cuya capacidad sólo les alcanzará para seguramente copiar la constitución  de otros Estados como a la vez los otros Estados han copiado la Carta Magna que rige a todo el país y que ésta a la vez ha sido copia de otros países y momentos históricos.  La transformación del Distrito Federal a Ciudad de México como el Estado treinta y dos, beneficia a los mandatarios al ampliar facultades de  corrupción y abuso y pasarán a su nombramiento de Jefe de Gobierno al de gobernador  y de Presidente Municipal en vez de Jefe Delegacional. Por lo anterior, los Partidos Políticos se frotan las manos porque con estas reformas, según ellos, se acabarán las luchas de poder al determinar cada partido su territorio, situación que por el contrario, desatará mayor luchas políticas externas e internas, considerando que lo menos que les importa a los gobernantes y legisladores capitalinos es el bienestar de los ciudadanos, tal y como existen múltiples ejemplos de ello. O qué le puede importar a un ruedor indeseable como lo es Jesús Ortega, buscar beneficios que no sea su ambición política, capaz de acabar con el PRD como parte de la oposición para ser una agrupación de chuchistas con un disfraz cobarde, que engaña diciendo ser de izquierda y que solamente sirve de compás al Partido en el poder.