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Después de 15 años consecutivos de conservarse en la televisión nocturna, es que los programas de Israel Jaitovich junto con Marisol González, pasan por su mejor momento. El sábado pasado se transmitió la emisión en donde en +Noche, se presentó el rockandrolero Enrique Guzmán, cuando hace mucho no aparecía en el horario nocturno de la televisión mexicana, y al cual se le recuerda por su barbajanería desmedida que hasta hizo le tocara un seno a la conductora Verónica Castro estando al aire. En este programa llegó a la sala de invitados, un Guzmán muy diferente, un ídolo del rock que dejó de serlo, al abandonar los covers fresas de los años sesenteros, para convertirse en un baladista, cuya voz más enronquecida a la de aquel muchacho de imagen ingenua, lo convertía en un crooner bromista, con chistes pasados de tono en sus shows. En +Noche, vimos a un ídolo del rockandroll debilitado y sin la gracia que le brindaban sus ocurrencias, situación que no se le puede achacar al pasar de los años, sino a su falta de credibilidad, después de haber sido acusado de abuso sexual por parte de su nieta Sofía e hija de Alejandra Guzmán. Y no por la acusación por sí misma, que incluso no ha sido probada y quizá ya esté prescrita, sino por la reacción que el abuelo artista, tuvo ante tal señalamiento delicado, en donde mostró prepotencia, valemadrismo y en donde hasta señalo a Frida Sofía como "una hija de p...ta", aunque después terminó llorando en el programa de Paty Chapoy, sin que las autoridades ministeriales hayan dado un pronunciamiento definitivo al respecto. Ahora en el programa conducido por Jaitovich y Marisol para el canal Las Estrellas de televisa, Guzmán llegó cansado, moralmente acabado, más accesible y menos alburero, y dejando la percepción de cargar el peso de sus actos y en busca de la credibilidad de un público al que le gustaba verlo bromear al tono de las copas, pero no, ante actos delictuosos en su contra. Más en www.somoselespectador.blogspot.com
