Aunque después del fracaso en las pasadas elecciones intermedias de los partidos que postularon a Mancera y de su informe de gobierno, el Jefe de gobierno ha preferido la discreción; lo cierto es que será muy difícil que los habitantes de la Ciudad olviden el desproporcionado aumento al boleto del metro, el descuido total al transporte público y la destrucción vial al eliminar los ejes viales. La corrupción de su gobierno ha destruido programas que venía construyendo la continuidad perredista en la Ciudad. Pero si en el metro es evidente el descuido, la corrupción, el desvío de recursos, que será en lugares que por años han sido punto de corrupción como lo son los Reclusorios, que ahora empiezan a explotar en protestas tanto de internos como de sus familiares y esto aunado a una ola de violencia con mayor fuerza en la Ciudad de México, en donde comerciantes establecidos dicen estar sujetos a chantajes y en donde apareció un cadáver colgado de un puente con la reacción escéptica del gobierno de la Ciudad, en donde se rumoraba que la víctima se acompañaba de un mensaje dirigido al Jefe capitalino y que todo terminó con las frases célebres de Miguel Angel Mancera que son "se revizarán las cámaras de vigilancia instaladas en la zona ( del puente la concordia de la delegación Iztapalapa) para que la secretaría de seguridad pública pueda investigar el hecho ya que no se va a permitir la impunidad" tal y como lo dijo con la línea dorada de metro, el daño a la estatua de el caballito y centenares de ejemplos que han pasado al archivo. Y es que descuidar a una ciudad como lo ha hecho Mancera, no sólo es un acto de abuso y corrupción, también puede ser resultados de retrocesos invaluables, a la educación, al comportamiento social y que ponen en riesgo la seguridad pública.