Aunque el Partido Acción nacional se proclama por ser el ganador del siglo al haber logrado sacar al PRI de los Pinos en el 2000 con la figura de Vicente Fox, haber dado continuidad al sexenio panista con Felipe Calderón y ahora haber obtenido gubernaturas como nunca en su historia, los números son mudos y no señalan el enorme fracaso y traición a la democracia por parte de Fox, la ilegitimidad presidencial de Felipe Calderón ante el fraude electoral y la derrota presidencial en las votaciones pasadas al obtener la presidencia el Partido revolucionario Institucional con la figura de Enrique Peña Nieto y su maquinaria electorera. Con esto queremos decir que el PAN no goza de salud plena como lo quieren hacer notar o lo piensan ni tampoco el PRI está en condiciones saludables al notarse un voto de castigo en contra del gobierno peñista es evidente. Y ni que decir del PRD ante el desprestigio ocasionado por gobernantes como Miguel Angel Mancera, el divorcio con su líder López Obrador, el derrumbe de la careta de Cuauhtémoc Cárdenas y las alianzas que el partido ha tenido con el PAN y el mismo PRI. Las nueve fuerzas partidistas se han concentrado en torno a lo que sugiere y ordena el PRI. Así aparece en el escenario Morena como la única oposición en el terreno partidista y que a menos de tres años de fundado ya ganó la mayoría de las plazas de la Capital del país, creció sorprendentemente en Veracruz y dejó al PRD en cascarón para convertirse en la tercera fuerza del país recién estrenado. La fuerza de Morena es un líder, es Andrés Manuel López Obrador que tiene credibilidad en el pueblo al realizar un buen gobierno cuando fue mandatario capitalino basado en el programa social, quien se opone al programa neoliberalista pripanprd, quien logró vencer una persecución mediática y de Estado, pasar la prueba de fuego al no haberle encontrado actos de corrupción ante trampas partidistas como en las que cayó sus colaboradores Ponce y Bejarano. López Obrador logró la victoria como Jefe capitalino en el 2000, sufrió el Fraude del 2006 y tuvo un empate técnico con Peña Nieto quien parecía una locomotora. Ahora al fundar su propio partido es la fuerza de MORENA y es por él quien ha ganado curules y se perfila saludable para la contienda presidencial. Sin embargo lo que sí ha ganado el PAN en estas elecciones, es la presencia de quien puede ser un líder con los alcances de López Obrador y es Javier Corral quien ha ganado las elecciones como gobernador de Chihuahua y quien se ha mantenido como un político de bajo perfil cuyos pecados ya no son recordados. Su discurso autocrítico, en contra del gobierno priísta y a favor de los programas sociales de gobierno con reclamo a las esferas empresariales y de poder, lo han llevado a recibir la confianza de los chihuahuenses con su voto. Ahora Javier Corral amenaza con hacer una investigación a fondo de como dejó el gobernador saliente al Estado de Chihuahua al cual ha acusado de corrupto cuando estaba en campaña y ahora que las votaciones le han favorecido ha señalado la idea de meterlo a la cárcel lo que le daría mayor credibilidad a Corral y lo convertiría en noticia en todo el país. Sí Corral lleva programas sociales a su Estado no de deslumbrón como los de Peña, sino sacrificando la cartera negra de su gobierno, si logra controlar el crimen organizado que azota notoriamente a Chihuahua, si encarcela al hasta ahora gobernador César Duarte sin negociar su pronta libertad, entonces Javier Corral ya tendrá una ganancia política importante para convertirse en la figura panista y en el político que en la actualidad no existe al lado de López Obrador. Por lo que cumpliendo este objetivo, Corral sería un ejemplo de gobierno importante como lo fue Andrés Manuel en la Capital del país, que sirva de aval para el candidato panista por la presidencia de la República para el 2018 y posteriormente vivir de su renta política para ser líedr moral panista y candidato a la presidencia en posteriores votaciones.