sábado, 4 de junio de 2016

LA IGLESIA QUIERE HACER PAPA A PEÑA NIETO













«¿No hay problemas más serios, más graves en México, para estarse ocupando de estas cosas de minorías?», cuestionó el cardenal Sandoval Íñiguez.El purpurado mexicano criticó que «el presidente de un gran país como en México se ocupe de estas cosas, para ganar seguramente alguna popularidad, y descuide los graves problemas que nos agobian».
«¿Es tan fuerte la presión que viene de afuera? Porque esta es una agenda internacional. La de acabar con la moral, con el matrimonio como obra de Dios», señaló.
La presión internacional obliga a gobiernos «débiles y endeudados, como el nuestro» a aceptar agendas como la del matrimonio gay, lamentó.
Otra posibilidad que el Arzobispo emérito de Guadalajara considera para la decisión de Peña Nieto es que se trate de «una distracción». «¿Habrá otros problemas, otras medidas peores por ahí y nos están distrayendo?», cuestionó.
Dichas declaraciones parecen ser muestra de molestia con el Presidente de la República por las reformas anticatólicas, que no sabemos si las hubiera efectuado antes de la visita papal que se  desarrollo en este año. Lo cierto es que nadie puede negar que aunque mal hechas y con una intención de ganar popularidad en su sexenio demolido, las reformas peñistas tienen tintes de avanzada, y con circunstancias diferentes y midiendo dimensiones, han sido las reformas más enfrentadoras para la Iglesia desde la época juarista.