lunes, 28 de noviembre de 2016

LA VEZ QUE LA CAGO CASTAÑEDA














El siempre llamado a los programas de radio y televisión para hablar de política internacional y exsecretario de relaciones exteriores en el sexenio de Vicente Fox, Jorge G. Castañeda, durante sus funciones como canciller nunca tuvo el valor de darle la cara al entonces Presidente de  Cuba, Fidel Castro con quien de todas las maneras trató de romper relaciones internacionales entre la isla y nuestro país, al grado que los países hermanos estuvieron un tiempo únicamente atendiendo despachos comerciales y ya no relaciones políticas. Fue Castañeda quien ordenó a Fox dialogar telefónicamente con el comandante Castro para pedirle que su estancia en la Cumbre de Monterrey fuera muy breve para no incomodar a su otro visitante que era el presidente de los Estados Unidos que a la vez titiriteo a Castañeda para orquestar la suplica de fox a  Fidel  para que no estuviera mucho tiempo en la Cumbre de Jefes de Estado en Monterrey  ya que su presencia era  incomoda. Charla que después tanto Fox como Castañeda  cobardemente negaron pero se hizo pública.  El gobierno cubano acusó al canciller de ser promotor personal para que el gobierno mexicano tuviera una conducta hostil y desagradable para la isla  y a favor de los Estados Unidos. y es que se guarda de manera muy celosa el antecedente de Castañeda,  que a fines de los setentas fue reclutado al servicio de inteligencia de Cuba en México cuando su padre era Secretario de Relaciones exteriores del expresidente de México, José López Portillo en donde por más de tres años entregó información secreta del gobierno mexicano a la isla vecina. Por la información registrada por Castañeda debido a su espionaje al servicio cubano, es que Vicente  Fox lo nombró secretario de relaciones exteriores para que fuera el principal organizador de la demolición entre los puentes diplomáticos y políticos entre México y Cuba para complacer al gobierno de Bush y estar al servicio del imperio como un domesticado cachorro. Ante la emboscada, Fidel señaló que las relaciones entre el gobierno y Cuba podrían romperse pero la unión entre sus pueblos nunca.  en la historia reciente y antes de la muerte de Fidel, Cuba estaba  ejercitando una política de apertura con negociaciones en la mesa del actual Presidente de los Estados Unidos Obama y  respecto a su relación con  el gobierno mexicano a cuba le  volvió la calma en un buen accionar político de Peña Nieto, en lo poco rescatable  de su gestión en que ha entregado los recursos naturales mexicanos,  al extranjero.