El nuevo Presidente de los Estados Unidos Donald Trump no tiene nada de perverso que no hayan tenido sus antecesores de la presidencia de un país imperialista y atropellador. Sin embargo es una realidad que la prensa internacional estadounidense y mexicana han formado un cerco informativo en contra del presidente estadounidense. Ayer en un enfrentamiento más con los periodistas, Trump señaló la falta de profesionalismo de los comunicadores quienes han invadido conversaciones privadas, cambiado contextos, difamado y haber promulgado acontecimientos no ciertos sin haberse tomado la molestia de verificarlos. La prensa mexicana calificó estas expresiones del nuevo presidente, como una grosería para los reporteros y otra de las conductas impulsivas e inadecuadas de Donald Trump, siendo que éste en la reunión de medios, señaló querer negociar con México, expresó conceptos positivos a favor del Presidente de México y dejó en claro que fue Trump quien llamó a Peña Nieto por teléfono y que nunca pretendió dar ordenes al presidente mexicano ni insinuó una invasión en caso de negarse el gobierno mexicano a pagar el Muro. Por otra parte, tanto el gobierno Estadounidense como el mexicano, convinieron no tocar el tema del Muro de manera pública y sin embargo en esta semana, Enrique Peña Nieto señaló que iba a defender a su país de la política de Estados Unidos, tal como si nuestro país vecino estuviera reconocido como su enemigo y por otro lado su Secretario de Relaciones Exteriores, afirmó nuevamente que no se pagaría El Muro por parte de México, declaración que pone en riesgo el pacto de guardar silencio. Es un hecho que en el caso de la prensa mexicana, se han exagerado las expresiones de Trump para que las mismas, incluyendo su proyecto de la terminación de un muro fronterizo; sirvan de cortinas de humo en protección a Enrique Peña Nieto y su mal gobierno.
