viernes, 24 de febrero de 2017

POBRE VERACRUZ









Veracruz, tierra tan fructífera y  envenenada por la corrupción de sus gobernantes. Un saqueador como Duarte y un mentiroso perverso como Miguel  Angel Yunes quien trató de ganarse la confianza de los veracruzanos en el mar revuelto de incertidumbre, con la falsa de perseguir a el exgobernador Javier Duarte, el nombre más mencionado en sus discursos de campaña y ahora de gobierno. Sin embargo incapaz de localizarlo, declararlo y encarcelarlo y mientras maquilla la distracción de su búsqueda, no apresa a sus cómplices. Sin embargo aquello de que más pronto se tropieza un mentiroso que un cojo, sí encaja en el caso Yunes quien con sus mismas expresiones, ha dejado de manifiesto ser un violador de la ley, al señalar que encontró probanzas que inculpan a Andrés Manuel López Obrador con la corrupción de Duarte, mismas que independientemente de que no las  ha mostrado, con todo y que el Presidente de MORENA lo ha retado para que las exhiba, Yunes con su dicho ha dejado de manifiesto, que su gobierno se ha entrometido en la investigación ministerial que le corresponde a la PGR y que su gobierno ha violado al entrometerse y al convertirse con ello, en Juez, parte y manipulador político del asunto. De igual manera ha demostrado que ahora es él, quien tiene secuestrado al Estado de Veracruz con mafias de poder, al haber mandado a periodistas  a su servicio, para recibir al Presidente de MORENA, Andrés Manuel López Obrador a su llegada al puerto a lo que López Obrador calificó como reporteros "maiceanados,  y a lo que calificó Miguel Angel Yunes como un pecado mortal, dirigirse de esa forma, a los encargados de la información. Sin embargo, el día de hoy, en un programa de radio, el mismo Yunes calificó de poco profesionales a los periodistas que no han dado cuenta del calificativo que empleó López Obrador en contra de los reporteros que lo chacalearon a su llegada, y que a todas luces fueron enviados por Yunes. Es decir defiende y ataca al medio periodístico según sus objetivos políticamente perversos. Por otra parte es vergonzoso y violatorio al mandato constitucional de Gobernador, tener pruebas de corrupción cometidas dentro de su Estado, en este caso supuestamente, en contra de Andrés Manuel López Obrador, y no presentarlas ante las autoridades ministeriales correspondientes en caso de  verdaderamente tenerlas; en vez de ventilar chismes basados en asuntos tan delicados, para seguir formando cortina de humo, ante los medios y la opinión pública para favorecer a la mafia que representa. Por otra parte López Obrador abusa en sus señalamientos,  al  contar con la credibilidad basada en que no se le han podido demostrar actos de corrupción ni por abajo de las piedras,  y ni  con el poder del Estado en el sexenio foxista, calderonista y peñista que lo han tenido bajo espionaje, por lo que Andrés Manuel no tiene empacho para señalar los puntos oscuros de escritores considerados como respetables intelectuales, reprobar al ejército mexicano y exhibir a los gobernadores corruptos, que quieren limpiar su trayectoria política con el disimulo de perseguir a otros corruptos.