A lo largo de la historia la sociedad ha estado siempre en permanente transformación. Pero durante los últimos 50 años los cambios sufridos han sido tremendamente profundos y sobre todo rápidos, muy rápidos. Tanto, que los soportes sobre los que se asentaba se están tambaleando. Uno de estos pilares es el conjunto de valores que perfeccionan al hombre: los valores morales.Por valores morales debemos entender el conjunto de creencias, costumbres y normas de una persona que orienta su conducta. Componen la conciencia que una persona tiene del bien y del mal. Por tanto, los valores morales inciden en las relaciones interpersonales y conforman la calidad de las mismas en una determinada sociedad.Los seres humanos vamos interiorizando los valores morales en el núcleo familiar. De ahí aprendemos el respeto, la tolerancia, la honestidad, la generosidad, la responsabilidad, la lealtad y la perseverancia, entre otros. A medida que maduramos comenzamos a asumir los valores sociales, y comenzaremos a pensar en el respeto a nuestros semejantes, la cooperación, la comprensión, la vocación de servicio, etc.Sin embargo, actualmente parece que este proceso se ha paralizado, ha dejado de funcionar. Nos encontramos con que estos valores han dejado de apreciarse, que ya no se tienen en cuenta y, por tanto, poco o nada influyen en las relaciones sociales. Vivimos, sin duda, una crisis de valores que genera una crisis social.Efectivamente, estas normas morales han sido siempre el limitador real de la interacción social entre los seres humanos y su negación es la causa principal de la crisis social que actualmente padecemos. Sin una ética de valores adecuada se nos hace difícil relacionarnos con otras personas ya que los valores no sólo son una cuestión personal, sino que repercuten en todos los ámbitos de la sociedad. De esta manera las crisis de valores personales constituyen un problema social, del cual se derivan las acciones y conductas poco éticas que día a día vemos en nuestro entorno, tanto en el ámbito económico como en el político así como en las organizaciones públicas y privadas.No obstante, la mayoría de la gente entiende por "crisis de valores" la ausencia de éstos; pero la situación actual no responde exactamente a su desaparición. Realmente lo que está ocurriendo es mucho peor. Los valores se están transformando y se están cambiando unos por otros debido a las modificaciones que se están produciendo en la forma de relacionarse las personas. Los valores tradicionales están siendo sustituidos en la mayoría de las sociedades por otros basados en el individualismo. Se promueven, de forma globalizada, corrientes de materialismo y hedonismo creando una sociedad donde lo más importante es tener y en la que se promueven las necesidades del consumismo, dejando a un lado el valor del ser humano y ofreciendo un ambiente altamente nocivo para cultivarlo. La otra cara de la moneda la forman aquellos que, dentro de la tensión social creada, viven en el conformismo bastándoles con tener garantizada la supervivencia y la seguridad. Así las relaciones interpersonales se vuelven superficiales sin implicar ningún tipo de compromiso generando conductas antisociales basadas en una total ausencia de moral y en algunos casos incluso podríamos hablar de doble moral.