Sin medir sus tiempos para la presentación de cada artista, una mala organización para que los medios informativos cubrieran el evento y la provocación de malestar hasta llegar al enfrentamiento entre los artistas participantes; se realizaron los conciertos en el zócalo en la celebración de la marcha gay. Sin un rubro a favor de este sexenio de la administración capitalina, la organización de este evento no podría ser la excepción, y tal y como ha ocurrido en los últimos años, la desorganización y la prepotencia fueron a quien se les rindió corona. La artista principal fue Fey a quien fueron retardando en su presentación, al grado que cuando se vieron absorbidos en tiempo, rompieron con el show de Lis Vega que llevaba horas en camerinos y aguantando la lluvia para dar paso al de Fey y también limitarla en interpretar todos sus temas que llevaba preparados. Artistas molestos culparon a Fey y a su equipo de dicha situación cuando los errantes fueron los inútiles organizadores - a los que ya no es posible se les encomiende dicho evento para lo sucesivo-, y no fue culpa de Fey tal y como lo explicó el equipo de la estrella musical, en un comunicado.