La política pesa en
el deporte y más tratándose de un deporte de apreciación como se trata de los
clavados en donde si bien es cierto Paola Espinosa y Alejandra Orozco no fueron
mejores que las chinas, también cierto es que las chinas Chen y Lu tampoco
fueron mejores que el dueto de Malasia Pandelela y Jun y sin embargo los jueces
fueron menos exigentes con las chinas y les concedieron oro. México junto con
China y Canadá eran la tercia consentida de la Federación Internacional de
Natación por sus brillantes ejecuciones en clavados, mismas que llevaron a Ale
y Pao al medallero. Para estos Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, se amenazó a
México por parte de la federación internacional de natación de que en caso de
ganar oro no se entonaría el Himno Nacional mexicano, incluso se llegó a decir,
que se impediría que las mexicanas utilizaran en su uniforme el color de su
bandera. Y el responsable de tal situación es la Federación mexicana de natación,
El comité olímpico mexicano y el titular del ejecutivo federal, Peña Nieto
quienes se comprometieron por escrito firmado de que el año próximo, nuestro
país se encargaría de organizar y realizar el mundial de Natación en
Guadalajara y que "olímpicamente" se retractaron, razón por la cual
fueron penalizados con el cobro de la fianza de incumplimiento que las
autoridades deportivas mexicanas sometieron a litigio lo que trajo la ruptura
de México con la Federación Internacional de natación en perjuicio de los
competidores mexicanos quienes ahora pagan las consecuencias de no tener en la
mesa de calificación un juez mexicano y que al Comité olímpico internacional no le convenga
se escuche el himno mexicano en los olímpicos de Brasil. Tal situación es el
reflejo del accionar de las autoridades deportivas de nuestro país y de su
gobierno que si no tiene el más mínimo interés de la cultura y de establecer un
eficaz programa educativo, mucho menos interés tiene en atender el deporte en
donde se colocan de directivos a políticos que son cuates del Presidente de la
República y que cobran un alto salario por colocar sus nalgas en la silla del
escritorio. Lo que pasa en natación también está sucediendo en box y en otras
disciplinas en donde existen luchas encarnadas de federaciones cuyo objetivo es
ordeñar dinero y no estimular el deporte. Las mexicanas no marcaron una rotunda
diferencia en el trampolín pero con lo mostrado en sus ejecuciones en los 10
metros plataforma, tampoco eran merecedoras del sotanero sexto lugar como tampoco
China del oro como en otras ocasiones lo han conseguido. Apoyar a los
deportistas mexicanos no significa abanderar a delegaciones en los Pinos o que
sean recibidos con un desayuno por parte de el Presidente de la República; el
apoyo verdadero consiste en la impartición de la educación física, aumento de
becas, presupuesto federal, instalaciones dignas y buen ejercicio federativo
con una política de estado prioritaria para la salud y el deporte. Hoy México
nada en su corrupción y al menos en natación se vislumbra un descenso como
potencia mundial en clavados y de la medalla de oro, mejor ni hablamos.