jueves, 11 de agosto de 2016

EL TELETON SIN DINERO EN EL COCHINITO













El Proyecto teletón está en agonía y su Presidente Fernando Lanero culpa a los ataques en las redes sociales y en los espacios de la internet de su derrumbe. Lo cierto es que el proyecto Teletón solito se mató y la actitud de Landero le entrega el toque de gracia. Ahora resulta que los medios no convencionales son más fuertes en la percepción social que las absorbentes cadenas televisivas con señal abierta y la televisora imperial Televisa. De esto ser así, que también se lo hagan saber a los representantes artísticos y a los artistas que por su ignorancia, únicamente acuden a medios convencionales y menosprecian el potencial del internet. Mucho de lo que se ha escrito del teletón realmente es falso, como los puntos de que ha sido utilizado para enriquecer a Televisa, cuando la televisora ya es económicamente poderosa o que con el teletón se trata de evadir impuestos de los grandes empresarios, situación que también es falsa porque los grandes empresarios en este país ni siquiera pagan impuestos.Se dice que es una forma de lavado de dinero, y de esa acción delictuosa no se salva ninguna fuente de ingresos ni las remesas que llegan al país de quienes laboran con residencia ilegal en otros países, ni las limosnas que recopilan las iglesias, ni el fútbol mexicano, ni la industria farmacéutica  ni otras fuentes de ingresos lícitas utilizadas mañosamente por el crimen organizado, así que el teletón seguramente no es una excepción pero tampoco una fuente principal para el lavado de dinero. Sin embargo, la causa noble del teletón que es ayudar a  niños con retrasos mentales y otros limitantes físicos ha fracasado y la verdadera razón es por que no han sabido guiar el proyecto y lo han envenenado con una mercadotecnia basada en la falsedad al querer suplicar con lágrimas una limosna que no se gana con la convicción del donante sino por la emotividad de una actuación realizada por los conductores cuya fórmula ya está gastada, empezando por los lloriqueos del presidente del proyecto y cuya fórmula se empaña aún más, por la poca honorabilidad de quienes han participado en ello y que muchos han tenido que ser desligados del mismo .Se ha devaluado el proyecto porque se violaban derechos internacionales lo que  provocó crecieran  las protestas de organizaciones civiles  y de organismos  de muy alto nivel internacional como lo  es la Organización de las Naciones Unidas y del sistema Interamericano de Derechos Humanos que señalaron las omisiones del gobierno Federal mexicano y de sus órganos de procuración de Justicia y de representación popular, en no denunciar como miembros del poder ejecutivo locales, realizaban aportaciones de la partida presupuestal de sus Estados y como políticos de bajo y alto nivel y funcionarios públicos, utilizaban el foro para sus fines  electoreros. El teletón esta agonizando porque los grandes empresarios formaron un disimulo cuyo objeto real consiste en aparecer como benefactores capaces de borrar sus conductas nocivas para el país con un donativo y que por otra parte mientras se juega con los sentimientos de la colectividad  en un programa de larga duración como lo es la transmisión de casi 48 horas del teletón, al mismo tiempo aparecen en pantalla el anuncio de sus marcas quienes son las que verdaderamete costean el teletón y hacen creer a los pequeños donantes que en su mayoría son televidentes,  que son ellos quienes tienen que alcanzar la meta de la suma de dinero necesaria para hacer funcionar el proyecto,  cuando sus aportaciones  únicamente sirven de recuperación para lo ya aportado por las grandes empresas. De esta forma, la credibilidad perdida entre los bien intencionados donantes se ha reflejado  a que los ingresos de los Centros teletón están bajos y su funcionamiento en crisis con reducción de personal y por si fuera poco, con la situación emergente que se presentó el año pasado en donde se suspendieron las donaciones con el fin de no hacer más grande el escandaloso fracaso que Televisa quiere rescatar como un acto de honor  y funcionalidad política, más que como una verdadera intención  por brindar ayuda a sus semejantes.