Lo más rescatable del gobierno peñista ha sido su política exterior y es en donde peor le ha ido. Ahora Peña Nieto pretendió tener la valentía de enfrentar a Donald Trump y defender a los mexicanos, con una supuesta valentía que no ha mostrado para defender los atropellos de Barack Obama como pretendió encarar al candidato republicano por la Presidencia de los Estados Unidos a quien se le ha pintado por quienes manipulan a la opinión publica, como un villano mayor que Salinas de Gortari y un peligro para México más grande que López Obrador. El gran pecado del candidato gringo quien saborea comida mexicana en público y quien ha señalado amor por el pueblo mexicano sin que tales declaraciones sean tan difundidas; es mostrar sus ideas severas contra quienes cruzan la frontera estadounidense de manera ilegal y hacer uso de su derecho soberano de construir un muro para evitar filtraciones de indocumentados, en una barrera que ya ha comenzado por anteriores gobiernos estadounidenses incluyendo la gestión de Obama y que seguramente tampoco descarta Hillary Clinton en caso de ser ella, la nueva Presidente del país del norte. En la visita de Trump a México, Peña Nieto ha señalado que encaró en privado al candidato gringo y que en voz alta le sentenció que México no pagará ningún muro migratorio, sin embargo en la conferencia pública no fue capaz de desmentir a Trump quien señaló que en la plática privada se habló sobre el muro pero no quien lo pagaría. Por lo que uno de los dos es un cobarde mentiroso, ya sea Trump o Peña Nieto al igual que su secretaria de relaciones exteriores quien también aseguró los reproches de Peña a su invitado. Usted quién considera pueda ser el vulgar mentiroso; el imprudente candidato a la presidencia de los Estados Unidos que no tiene freno en su lengua o el contradictorio mandatario mexicano que el día de hoy evadirá al Congreso en la presentación de su Informe de Gobierno y quien había prometido no subir el precio de la gasolina, ni aumentar el costo de los energéticos como una bondad de sus reformas estructurales.