La hipocresía y el ridículo se juntaron para cocinar un exquisito previo a la Copa de Oro 2021 que disputa la selección mexicana de fútbol de México contra la de Estados Unidos. Primero el enlace televisivo por unos momentos de un supuesto patrocinador que fusionó la transmisión del previo del partido entre Televisa y TV AZTECA, en lo que no es más que la comercialización de un conjunto empresarial disfrazado de dos empresas sin que COFECE haga algo al respecto, ya que el hecho de que la televisora del penacho de colores y la persiana amarilla sean prácticamente lo mismo, dan origen al dominio de los canales abiertos 2,4,5,7,9,13 y 40 en las mismas manos y con la misma política, violando la constitución que impide los monopolios y con mayor razón si se trata de la concentración de un bien público tan importante y de estrategia social y de seguridad nacional como son los medios de comunicación. Otro acto de hipocresía es el sistema de salud y de vacunación de los Estados Unidos, en donde las autoridades de salubridad del norte, permiten un lleno del Allegiant Stadium de Las Vegas, sede de la final, como si los Estados Unidos fuera una tierra extraordinaria libre de COVID, en donde el aficionado incluso tiene acceso sin cubrebocas a las butacas, cuando es sabido que la vacuna disminuye los síntomas del COVID pero no hace inmune al vacunado, y que por otro lado, es el país de las barras y las estrellas que proporcionalmente, es uno de los más lentos en su plan de vacunación y que por arriba de Brasil, es el país que más contagios y mortandad registra en esta pandemia. La gran final de la Copa, tuvo como apertura un espectáculo musical al estilo gringo y ninguno mexicano, cuando la mayoría del público es latino, pero cuya intención es que todo se haga a la gringa y sea Estados Unidos quien controle la liga mexicana y su propia liga, al fin que somos subestimadores de nuestras ideas propias y que la originalidad no resulta para la sociedad económicamente controlada como una situación importante, porque de serlo, seríamos una sociedad más auténtica y no tendríamos en el altar de la fama a actores como Jaime Camil quien está presente en el Estadio y casi disfrazado de Mauricio Garcés a quien trata de imitar, pero solo consigue montar una calcomanía de quien sí fue un gran comediante.Más en www.somoselespectador.blogspot.com