Muchos presumen de tener su certificación "patito" o una licenciatura universitaria sobre una carrera que es cien por ciento técnica, y otros mezquinos, utilizan al periodismo como una actividad para relaciones públicas y no para informar.Así los lectores de notas del corazón, micrófoneros, chayoteros y "comedelsistema", tratan de engañar al público, pensando que sus falsedades y apuntes convenencieros son indetectables. Mientras aceptan regalos de fin de año y comidas de sus entrevistados y hasta se dicen amigos de los artistas mediocres que tienen que pagar sus entrevistas para solamente así ser tomados en cuenta, se preocupan por el estado de salud de un supuesto abusador, también dicen que el zócalo se mantiene lleno ante la inconformidad de la política presidencial o atacan a una joven injustamente encarcelada sin verdaderamente dar a conocer o enterarse del entorno de su detención, y la fusilan verbalmente, solamente porque con un simple teléfono portátil tiene más rating y seguidores que ellos. También generan campañas del excesivo uso del cubrebocas, cuando ni ellos saben cómo, en que periodicidad y cuando utilizarlo. Hoy por ejemplo, los "lamechayotes" del periodismo, omitieron la operación quirúrgica a la que será sometido toda una gloria de la canción romántica y latinoamericana como es Marco Antonio Muñiz, mientras acaparaban todas las luces para la internación de Vicente Fernández, y señalaban que a las afueras de la propiedad del cantante de música con mariachi, -el rancho "Los Tres Portillos"-, se habían juntado un número considerable de seguidores de Vicente Fernández, preocupados por su salud y en señal de apoyo a su ídolo, cuando las imágenes claramente captan a cuatro personas y otro mismo número aproximado que llegaban a incorporarse a la reunión, siendo que en el mismo programa se burlaban de la manifestación de seguidores de la influencer YosStop, quienes eran casi el mismo número de personas que visitaron el inmueble de Fernández , y quienes con cartulinas se inconformaban por la detención de la joven ante un delito mal tipificado. Y es que quienes dicen son periodistas pero en realidad son chayoteros, piensan que son indetectables en su ignorancia, favoritismos y corruptelas; pero están equivocados porque no lo son.