El compositor de exitosos temas rancheros, Martín Urieta fue elegido en la asamblea que se llevó a cabo el 7 julio
de 2021 como nuevo Presidente del
Consejo Directivo de la Sociedad de
Autores y Compositores de México en sustitución de Armando Manzanero quien
cumplía con ese cargo y que falleció a causa de covid19. La determinación se
basó fundamentalmente por la trayectoria como compositor que lo ha colocado
como uno de los mejores en la industria mexicana, según argumentaron algunos.
Ahora Urieta tendrá como reto, lo que nunca logró su antecesor, que es la
procuración de que en la radio, la televisión y cualquier medio de difusión, se
mencione al compositor y no solamente al intérprete en cada presentación de un
tema musical de manera colectiva o masiva. La SACM no debe ser únicamente un
órgano de recaudación de regalías, situación que podría realizar un departamento
de la Secretaría de Hacienda en operación con la Secretaría de Cultura bajo mecanismos
estratégicos de recaudación y registro; sino que debe de ser una agrupación
triunfante en la difusión de la riqueza
intelectual de la obra, lo que implica cobrar por la misma pero también no
enclaustrarla, en un objetivo solamente económico que fracture su divulgación de
aquellos que les interesa transmitirla sin fines de lucro, con objetivos
periodísticos o educativos. También se debe limpiar la imagen de la Sociedad
que por un lado proyecta una cara de victimización y por otro lado una cara de
gandallismo, como la iniciativa de “la ley manzanero” abanderada por el
diputado Sergio Mayer y que fue acertadamente abortada por el congreso, en
donde se quería convertir a la SACM en un recaudador hacendario y aumentar
impuestos en todo aquel dispositivo que fuera capaz de retener un contenido
fuera musical o no como en el caso de un USB.
Urieta quien ha declarado haber
recibido enseñanzas del expresidente del Consejo, tendrá la importante misión de conservar todo lo bueno
que a la Sociedad se ha heredado, eliminar lo descabellado, fomentar lo
igualitario, mezclar el control y cobro con la difusión y libertad de goce, y como
mayor reto, luchar contra el objetivo, que en una conversación que tuvimos con
Urieta daba como guerra pérdida, que es la mención del
compositor y autor de la obra por el
locutor y hasta por el propio intérprete al momento de ejecutar la misma, así
como la formación de un registro publicitario para el conocimiento general. Martín
Urieta deberá contar con el beneficio de la duda en la misma dimensión que el
apoyo de su gremio y de los que amamos la música y la obra artística. En sus
primeros actos como líder, por lo pronto ya está siguiendo el ejemplo de su
antecesor en el cargo, al develar una estatua en pleno Garibaldi, en donde se
encuentran aquellas en honor a los dos máximos compositores en la historia musical de México que son Juan
Gabriel y Jose Alfredo Jiménez, y en donde falta la estatua de Álvaro
Carrillo que es la tercera pata de la mesa musical de México -y quien por cierto
además de componer boleros, también fue un compositor de música ranchera-, por
lo que merece estar en el pasillo de estatuas de la Plaza Garibaldi,como ahora
curiosamente a días de haber tomado su mandato, ya está la escultura
honorífica, del nuevo Presidente del Consejo directivo de la Sociedad de autores y Compositores de México,
que para muchos puede ser más que merecido pero también más que lambisconamente
inoportuno. No se podrá decir que la SACM tiene a un hombre impreparado a su mando, cuando se trata de quien fue un profesor normalista, y que además es apreciado en el medio artístico, por lo que se le deberá brindar apoyo para resaltar sus virtudes y no sus defectos, lo que únicamente se logra con la participación activa por parte de los miembros de la sociedad y de la crítica constructiva de quienes nos alejamos de la acción convenenciera en nuestro acercamiento periodístico por la acción conveniente.